Loading...
Comentarios

-

Ha habido un error al recuperar los mensajes
Cargando mensajes...
Ha habido un error al recuperar los mensajes
Es noticia
  1. Televisión

La saga de la eterna insatisfacción

La saga de Stephenie Meyer vuelve en su tercera entrega para demostrar, de nuevo -y a falta de que el buen hacer de Bill Condon consiga

La saga de Stephenie Meyer vuelve en su tercera entrega para demostrar, de nuevo -y a falta de que el buen hacer de Bill Condon consiga algo más en las subsiguientes películas- la vacuidad del producto. Otra vez un mal guión ha conseguido que la cinta se convierta en una simple curiosidad para los millones de lectores del conjunto de libros, pero que no tenga el mínimo interés para el resto de mortales.

 

Bajo una historia de dos horas no hay mucho donde rascar. Visto lo visto, la primera entrega es la mejor, ya que aquí volvemos a lo mismo que vimos en la segunda: un amor que se debate entre dos personajes, una constante cara de insatisfacción, una solemnidad exagerada... No hay quien se pueda tomar en serio tanto drama, y más cuando los diálogos son tan reiterativos y llenos de lugares comunes. Un verdadero desastre.

 

No se le pueden achacar a David Slade (director de Hard Candy o 30 días de oscuridad, que llegó a decir en Twitter que no haría una película de Crepúsculo "ni borracho") errores graves, pero sí que se rinda sin luchar. Momentos como las apariciones de los diferentes grupos de vampiros son verdaderamente vergonzantes, también la dirección de los protagonistas con permanente cara de sufrimiento. En medio de este continuo tono de gran drama -y dentro del aburrimiento musical que tuvo que sufrir Howard Shore-, el gusto de los temas elegidos de una selección musical de grupos y cantantes (ver Cómo chuparle la sangre a las bandas del momento) consigue hacer respirar un poco el relato. También salva la plana el español Javier Aguirresarobe, que repite con una fotografía perfecta para los tonos oscuros y naturaleza abigarrada que se le exige.

Eclipse es un producto fallido porque, de nuevo, no se vuelve a tratar cada escena como parte de una historia, sino con independencia de ésta, pensando en la efectividad de cada momento concreto. Y así, la acumulación de todas ellas contribuye a perpetuar su leyenda de “película para adolescentes”, como si éstos no supieran elegir lo que es bueno o no. Como si no hubiera otra manera de hacer las cosas. Lo dicho, Bill Condon lo tendrá difícil y no sé si la historia todavía tiene esperanza.

 

LO MEJOR: Que se haya cuidado la inclusión de ciertos temas musicales y el tono fotográfico de Aguirresarobe.

 

LO PEOR:  La constante sensación de que se estira hasta las dos horas algo que se puede contar en mucho menos tiempo.

 

Más en twitter.com/mjsmayo

 

Criterio de valoración:
Obra maestra.
Muy buena.
Buena.
Interesante.
Regular.
Mala.

Ver comentarios