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Sábado, 11 de julio de 2009

Si durante el mes de julio sólo ha habido una oportunidad de ver al maestro en la arena - el miércoles pasado en Santander-, agosto viene cargadito de faenas –si Dios quiere y no hay sustos durante la lidia-. Desde el día 2, hasta el 29, el maestro tendrá ocho oportunidades de abrir la puerta grande o de salir sin pena ni gloria de la plaza. Su reaparición tras la cornada que sufrió en Madrid el pasado 16 de junio no tuvo la solera de otras tardes, pero ahora, más recuperado, podrá seguir dando grandes minutos de espectáculo a los informativos.

La temporada estival de toreo de José Tomás, que mañana jueves será nombrado hijo predilecto de Galapagar (es el pueblo al que el madrileño se fue a vivir cuando tenía 3 añitos y que le homenajeará poniendo su nombre a una plaza), viene cargada de fechas personalmente importantes para el matador: celebrará su 33º cumpleaños toreando, en Málaga, y el 61º aniversario de la muerte de Manolete, haciendo la faena en la misma plaza que le vio morir; la de Linares, el coso en el que el 29 de agosto del año pasado, Tomás fue cogido de gravedad por su segundo toro –al que acabó cortando las dos orejas, que dedicó a Joaquín Sabina-.

El torero, que hace un mes recibió el II Premio Paquiro, tras cinco años de retiro, tiene firmados ocho carteles para el mes que entra: el 2 de agosto estará en Pontevedra –con Finito y Castella-, el 10, en El Puerto, en un expectante mano a mano con Morante de la Puebla, el 12, en Gijón –con Manolo Sánchez y El Cid-, dos días después toreará en San Sebastián con Finito y Juan Bautista, el 20 soplará las velas de la tarta en Málaga con Pepín Liria y El Cordobés y el 24 repetirá con Finito en Cuenca, donde también estará Perera. Las dos últimas actuaciones del mes tendrán lugar los días 27 y 29 en Almería y Linares, respectivamente. Con Pepín Liria y Torres Jerez en la primera y junto a Finito y a Manzanares, en la segunda. En septiembre todavía tendrá más citas en España mientras prepara su gira por América Latina. Todo, siendo Tomás lo arriesgado que es, si no hay cornadas que lo impidan.

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