Sexo: qué decimos, cómo somos

@Rebeca Royo Ortiz.  15/12/2008

Sexo: qué decimos, cómo somos
 Juegos preliminares.

Con su pareja les gusta practicar los llamados ‘juegos preliminares’, encender velas y poner ‘música romántica’ pero cuando ellos acuden a clubs de prostitución, van al grano y sin condón. Cuando a los españoles se les hace una simpática encuesta sexual, contestan lo que quieren, pero cuando un informe estudia una situación más profundamente, salen los datos reales. Aquellos de los que nadie alardea.

La semana pasada se publicaron los resultados de la encuesta ‘Los españoles y las relaciones de pareja’ en la que destacó la importancia de los juegos preliminares a los que, al parecer, dedicamos entre 15 y 30 minutos una o dos veces por semana de media; las mismas en que practicamos sexo con penetración. Muchas veces, de forma planificada y casi siempre por la noche; sobre todo durante los fines de semana.
De la encuesta se desprende que las actividades preferidas de los españoles son las caricias (92,4%), los besos en la boca (89,5%) o en el cuerpo (84,7%), seguidos de la estimulación genital (78%) y de los masajes (46%), y que a mayor edad, más se practican estos últimos, pues la mitad de los españoles en la cuarentena los dan y reciben durante su actividad sexual.

Al parecer, una buena ambientación también es fundamental en las relaciones íntimas. Los elementos preferidos por los españoles para entrar en situación son la iluminación especial (62,7%), seguida del uso de aromas o perfumes, que emplea un 43,2% de los encuestados. Sin embargo, son muchos los que van más allá mediante la utilización de aceite de masaje o cremas (41,7%), ropa o lencería erótica (39,6%), o el uso de comida o bebida -nata, mermelada, fresas- (38,5%)...
 
¡De película! A la luz de los datos, la vida sexual de los españoles es maravillosa, envidiable. Pero basta conversar con algún sexólogo o prostituta para entrever que la realidad no es tan rosa como la pintan. Por un lado, si realmente hubiera tantos juegos preliminares, caricias y velas, los españoles no recurrirían tanto a los prostíbulos, y, de acudir, no solicitarían las cosas que piden... Las mujeres que venden su cuerpo o están sometidas a la esclavitud sexual no piden besos en la boca ni masajes a los ‘románticos caballeros’ que acuden a disfrutar sus servicios. Es más, tienen que escuchar -y muchas soportar- cómo ocho de cada diez clientes no están dispuestos a practicar sexo con preservativo. El informe ‘Intervención sociosanitaria con mujeres en situación de prostitución en el Consorcio das Mariñas’ es quien revela esta petición del 80% de los clientes de varios clubs de alterne gallegos. ¿Y si hicieran el estudio ampliando la muestra? ¿Y si le encuestaran a usted?
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