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Domingo, 14 de marzo de 2010

Desde siempre las cigüeñas son protagonistas de cuentos y leyendas. La más conocida y utilizada es la que la otorga la cualidad de matrona voladora. Los bebés venían de París colgados de su pico y de ahí que su visión acompañe siempre la buena ventura. Este previo viene a cuento porque Carla Royo-Villanova, princesa búlgara por matrimonio y princesa de las rosas por su firma cosmética, ha tenido la idea de “vender” una tradición muy arraigada en Bulgaria y que tiene que ver con la cigüeña en su calidad de mensajera de la buena suerte y no de “embarazadora”.

A partir del 1 de marzo, ella y todos los que compren alguno de los productos de su línea cosmética van a estar pendientes de la llegada de la cigüeña. No esperen un babyboom para el próximo otoño, aunque todo podría ser. Otear el horizonte en su busca tiene que ver con esa costumbre que ahora Carla trae a España.

“Desde el 1 de marzo (cuando empieza la primavera en Bulgaria) y durante una semana todos se regalan estas pulseras o Marternitzas para celebrar la llegada de la estación. Hay que llevar la pulsera hasta ver la primera cigüeña y entonces se rompe y se ata a un árbol. Este gesto dará suerte para todo el año. Todo el país se llena de lacitos rojos y blancos. La fiesta se llama Chestita Baba Marta, pues, según la leyenda, Baba Marta, (abuela Marta) es una viejita que representa la primavera y tienen un humor igual de cambiante que el clima en esta época. Entonces, cuando sale el sol es porque Baba Marta sonríe, y cuando llueve porque está de mal humor. La idea es obsequiar con la pulsera de la suerte a todos los que compren los productos antes del siete de marzo”, explica Carla Royo-Vilanova, premiada (Ver ‘Las cremas de Carla superan la crisis’) por la revista Actualidad Económica como la autora de la mejor idea empresarial de 2008.

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