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La solitaria infancia de Federico
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CASAS REALES

La solitaria infancia de Federico

Ser Príncipe no es fácil. Y la infancia de un miembro de una casa real tampoco. Si ayer hablábamos de las complicaciones que suponía para Guillermo

Foto: La solitaria infancia de Federico
La solitaria infancia de Federico

Ser Príncipe no es fácil. Y la infancia de un miembro de una casa real tampoco. Si ayer hablábamos de las complicaciones que suponía para Guillermo de Inglaterra compaginar el arreglo de sus dientes y la ortodoncia con los actos oficiales, hoy le toca el turno a Federico de Dinamarca.

El heredero de la corona danesa ha confesado en una entrevista concedida a la revista Parade que creció “con niñeras e institutrices”, por lo que afirma que no hizo demasiadas cosas junto a sus padres “hasta los 21 años”. Comenta el marido de Mary Donaldson que sus padres tan sólo le veían cuando iba a acostarse.

“Cuando era pequeño me llevaban ante ellos duchado y peinado antes de acostarme”, cuenta el heredero danés. No es de extrañar que tras esos años, siga manteniendo relación con su niñera, la persona con la que más tiempo pasó. De hecho, la niñera que cuidó de él durante su infancia acudió a su boda el día que contrajo matrimonio con la australiana.

A pesar de que ahora recibe cerca de dos millones y medio de dólares al año para cubrir sus costes, Federico insiste en que quiere llevar una vida lo más normal posible. Comenta que intenta hacer lo que puede por no parecer demasiado elevados, ya que quieren ser como el resto de los ciudadanos daneses. Eso sí, “yo no tengo que hacerme mi propia cama”, afirma bromeando el Príncipe.

Federico será Rey de Dinamarca dentro de unos años, pero ya empieza a preparar su camino, así afirma en la publicación que “sólo soy un aprendiz, puede decirse que estoy conociendo los entresijos”. Aunque tiene buena maestra, su madre. La Reina Margarita lleva sentada en el trono desde hace 37 años e intenta estar al tanto de todo lo que sucede en su país. Dice que ahora está “aprendiendo todo el tiempo, observando, y sí, esperando”.

“Mi madre se reúne una vez a la semana con el Primer Ministro para ver como va todo en el Gobierno”, comenta Federico, que dice que él, por el momento sólo tiene un encuentro al mes. Sea como fuere, mientras aprende a ser rey también da sus primeros pasos como padre con sus hijos, Christian e Isabella de dos y tres años, a los que intenta dar la mejor educación que esté a su alcance. No en vano, Christian seguirá sus pasos. Aunque para eso aún faltan muchos años.

Ser Príncipe no es fácil. Y la infancia de un miembro de una casa real tampoco. Si ayer hablábamos de las complicaciones que suponía para Guillermo de Inglaterra compaginar el arreglo de sus dientes y la ortodoncia con los actos oficiales, hoy le toca el turno a Federico de Dinamarca.