El Rey ejerce de abuelo en Palma de Mallorca

Las de este 2011 han sido las vacaciones estivales más breves de don Juan Carlos en Palma de Mallorca. Además de la brevedad, la semana que el monarca lleva en la isla viene marcada por dos novedades importantes con respecto a años anteriores: la primera, sin regatear, como ha sido tradición durante numerosos veranos. El relevo en este sentido lo han tomado sus hijos, el príncipe Felipe y la infanta Cristina.

El segundo hecho que ha marcado el período de asueto del Rey en Marivent ha sido la presencia de sus ocho nietos, algo que hacía tiempo que no ocurría. Los dos hijos de doña Elena, Froilán y Victoria Federica; los cuatro de doña Cristina, Miguel, Pablo, Juan e Irene; y las dos de don Felipe, Leonor y Sofía, han protagonizado las escenas más entrañables y tiernas -beso de los Príncipes de Asturias al margen- de la estancia de la Primera Familia en Palma.

La última estampa tenía lugar este mismo fin de semana, cuando los pequeños de la casa acudían a despedir a su abuelo que, tras merendar con todo el clan en un conocido bar de tapas de Puerto Portals, abandonaba la zona el primero. Uno a uno, sus nietos se acercaban hasta la ventanilla del coche en el que se encontraba el monarca para darle un cariñoso beso.

Tras ellos, hacían lo propio los hijos rel Rey, que junto a la Reina, Irene de Grecia y la Princesa Letizia, permanecían en el lugar unos minutos más para ofrecer unas instantáneas a los fotógrafos ávidos de imágenes de la familia al completo. Precisamente doña Sofía tomaba el relevo de su marido y se entregaba a su faceta de abuela, pues en todo momento estuvo pendiente de los niños, prodigándose en constantes muestras de cariño hacia ellos.

Todos ellos, ya sin el Rey, posaban para los medios en una imagen que, en este caso por la ausencia del jefe de Estado, volvía a quedarse coja, tal y como sucedió tres días antes durante la cena del 30 aniversario de la Copa del Rey de Vela, que en esa ocasión contó con la ausencia de los ocho nietos reales.

Un verano breve pero prolífico en besos 

El de 2011 pasará a las hemerotecas como el verano más cariñoso y tierno de la Familia Real. Los besos han estado a la orden del día casi tanto como los posados reales, aunque, por diferentes motivos, siempre han quedado cojos por la ausencia de algún miembro de la Primera Familia.

El descanso estival de la Primera Familia también ha venido marcado por los compromisos profesionales del monarca. En concreto, el viernes ofrecía la tradicional cena -que pone fin a las vacaciones de la Primera Familia- a las autoridades baleares en el Palacio Real de la Almudaina, a la que acudían todos los miembros adultos de la Familia.

El protagonista del evento no fue el Rey, sino su pie. Ya que, si bien es cierto que hace días abandonó las muletas -que utilizaba desde su intervención de rodilla el pasado mes de junio-, el monarca tiene molestias en el tendón de Aquiles y de ahí que decidiera recurrir a una bota ortopédica en su pie izquierdo que le acompañó durante toda la velada.

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