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Morbo en un local de Madrid: coinciden la Princesa Letizia y Jaime de Marichalar
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Morbo en un local de Madrid: coinciden la Princesa Letizia y Jaime de Marichalar

Pone todo su empeño en pasar desapercibida, gafas de sol incluidas, pero sus esfuerzos resultan en vano cuando se trata de su familia, o de personas

Pone todo su empeño en pasar desapercibida, gafas de sol incluidas, pero sus esfuerzos resultan en vano cuando se trata de su familia, o de personas que han compartido con ella mesa y mantel día sí y día también en el Palacio de la Zarzuela. La Princesa de Asturias no esperaba encontrarse con su excuñado en el mismo local, pero es lo que tiene frecuentar los mismos lugares exclusivos: que uno puede toparse con cualquier aristócrata o miembro de la jet set con sólo cruzar el umbral de la puerta.

Letizia salió a almorzar, hace unos días, junto a un grupo de amigas, entre las que se encontraba la periodista Esther Jaén (Madrid Opina) a un conocido restaurante del centro de la capital. Ataviada con unos vaqueros, camiseta blanca, fular estampado, chaqueta de cuero, calzado plano y el pelo recogido en una coleta, la esposa de don Felipe decidió sentarse de espaldas a la entrada del comedor.

Según la revista Hola, fueron por esta razón las amigas de la Princesa de Asturias las que se percataron de la presencia de Jaime de Marichalar, que se acercó a saludar a la que fuera su cuñada. Tras una breve charla, el exmarido de la infanta Elena volvió a su mesa.

Después del almuerzo entre amigas, Letizia decidió aprovechar su salida del Palacio de la Zarzuela para dar un paseo junto a ellas. Así, se dejó ver pasando inadvertida entre los viandantes mientras aprovechaba para hablar por su teléfono móvil. Al poco tiempo, un vehículo recogía a la nuera real, que abandonaba el lugar.

Pone todo su empeño en pasar desapercibida, gafas de sol incluidas, pero sus esfuerzos resultan en vano cuando se trata de su familia, o de personas que han compartido con ella mesa y mantel día sí y día también en el Palacio de la Zarzuela. La Princesa de Asturias no esperaba encontrarse con su excuñado en el mismo local, pero es lo que tiene frecuentar los mismos lugares exclusivos: que uno puede toparse con cualquier aristócrata o miembro de la jet set con sólo cruzar el umbral de la puerta.