Aparece el cadáver del loco que espiaba a la Reina de Inglaterra desde una isla

Saint James es uno de los parques más transitados por los turistas que llegan a la capital inglesa. Situado cerca de Buckingham Palace los visitantes aprovechan la tranquilidad del lugar para descansar y disfrutar al mismo tiempo de sus vistas sobre la residencia real.

Este remanso de paz y tranquilidad se llenó de periodistas a principios de esta semana, cuando las autoridades inglesas hicieron pública una noticia sorprendente: en marzo, uno de los jardineros del parque encontró el cadáver de un hombre en West Island, una pequeña isla situada dentro del recinto.

La noticia no habría tenido mayor importancia si no fuera porque el hombre encontrado era Robert James Moore, un americano obsesionado con la reina de Inglaterra desde hace más de 15 años.

Según han informado las autoridades, el hombre de 70 años tenía una extraña obsesión con la soberana británica. Durante estos últimos años, Moore habría enviado centenares de paquetes a Buckingham Palace, muchos de ellos “extraños y agresivos”, en los que se incluían imágenes subidas de tono. Asimismo, algunos de estos envíos contenían cartas de hasta 600 páginas. 

En una ocasión Moore le envió a la soberana una fotocopia de du pasaporte, un documento que ha servido a la policía para identificar el cadáver, ya que en la isla los forenses encontraron el original. “Es un asunto que concierne a la policía”, ha explicado la Casa Real. Y es que, lo más seguro es que estos no estuviera al tanto de la extraña obsesión de este hombre, puesto que todos los paquetes sospechosos se envían directamente a Scotland Yard.

Nadie se ha extrañado del paradero de Moore. West Island es el mejor lugar para ver todo lo que sucede en el palacio sin ser descubierto, ya que se encuentra a menos de 100 metros de la entrada principal.

En 2007, Moore abandonó los Estados Unidos y viajó hasta Inglaterra tras tener problemas con la justicia de su país por conducir en estado de embriaguez. “Había muchas cosas acumuladas en West Island, lo que indica que estuvo allí bastante tiempo.” Los forenses todavía no han podido saber cuál fue la causa de su muerta,  ya que no se encontró ningún signo de violencia.

Obsesionados con la familia real

No es la primera vez que un miembro de la familia real inglesa sufre este tipo de problema. Uno de los casos más curiosos es el que vivió el rey Jorge V. El soberano sufrió durante varios años el acoso de una mujer francesa que aseguraba que este se comunicaba con ella a través de los movimientos de las cortinas.