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Los 'vivas a la República', cada vez más frecuentes en los actos de la Familia Real
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Los 'vivas a la República', cada vez más frecuentes en los actos de la Familia Real

Son cada vez más frecuentes, pero no por ello los miembros de la Primera Familia acaban de acostumbrarse. Los abucheos y gritos en favor de la

Son cada vez más frecuentes, pero no por ello los miembros de la Primera Familia acaban de acostumbrarse. Los abucheos y gritos en favor de la República marcan cada cierto tiempo, como si de una cuestión cíclica se tratase, los actos presididos por alguno de los royals patrios.

El último suceso de estas características ha tenido lugar hace tan sólo unos días, aunque lo insólito del caso es que los 'vivas a la república' se han producido en un acto que nada tenía que ver con la agenda oficial de la Familia Real. La infanta Elena acudía a presidir un acto -un programa de Fútbol 7 adaptado para personas con discapacidad psíquica- y lo hacía en calidad de representante de la Fundación Mapfre debido a su cargo como responsable de Proyectos del Instituto de Acción Social de la Fundación, impulsora de la iniciativa junto con el Valencia CF y el Ayuntamiento de Paterna (Valencia).

Pese a que se trataba de una visita privada en tanto en cuanto no se realizaba como infanta, sino por su trabajo en Mapfre, lo cierto es que doña Elena llegaba al Ayuntamiento  de Paterna rodeada de fuertes medidas de seguridad, varios coches, policías e incluso un helicóptero, algo que, según el portavoz de Esquerra Unida en el Consistorio, Javier Parra, "es un derroche y algo desmesurado".

"Si viene en calidad de miembro de la Casa Real, tampoco estoy de acuerdo con el despilfarro, pero puedo entender el despliegue. En este caso es incomprensible que venga como representante de la Fundación Mapfre y lo haga con todos los honores ", confesaba Parra a este portal en su intención de aclarar qué pasó realmente con la visita de doña Elena.

"Nadie sabía que iba a venir. No habían informado de su visita. Había pleno en el Ayuntamiento y después un acto al que fuimos invitados y al que venían representantes de la Fundación Mapfre, pero de repente vimos el despliegue, y a la infanta, y el resto de partidos corrieron a besarle la mano. Nosotros volvimos a trabajar al despacho, pero al pasar por la sala y ver al alcalde -Lorenzo Agustí- afirmando que todo el pueblo estaba muy contento con la Casa Real y encantados de recibirla, salté con un 'Elena, ¡Viva la República!'. Luego me enteré que la policía fue a buscar a quien habría gritado y decían que yo me había escondido, pero estaba en mi despacho", confiesa a Vanitatis.

Ya en la calle, los gritos prosiguieron. "La gente, apostada en el bar de enfrente, fue testigo del amplio despliegue, y se lo tomaban con sorna, afirmando cosas del tipo '¡Ve y pídele 50 euros!', '¡No, si los 50 euros se los acabas de dar ahora mismo con la visita!'. Una visita en la que, por cierto, la infanta no pronunció apenas palabra", concluye Parra.

Una frecuencia preocupante para la Casa Real

El Príncipe Felipe ha sido, de hecho, el borbón que más veces ha escuchado este año consignas del tipo "Los Borbones a los tiburones", "Unos en Palacio y otros sin espacio" o "Mucho coche y muy poca vergüenza", además de los consabidos "¡Viva la República!". Primero fue a la salida del Palacio de Baluarte de Pamplona, durante la entrega de los Premios Príncipe de Viana, donde don Felipe decidió encararse con la joven que le profería los gritos y mantuvo una conversación con ella que generó no poca polémica.

Unos días después, el Príncipe de Asturias acudía a presidir la tradicional corrida de toros de la Beneficiencia en la Plaza de Las Ventas, donde volvía a escuchar gritos de "¡Viva la República!" y, a juzgar por su rostro cariacontecido, abandonaba el lugar visiblemente afectado.

La historia volvía a repetirse la semana siguiente. Entonces, el heredero al trono patrio visitaba la Universidad Autónoma de Madrid, donde tenía lugar otro acto. Las consignas de los manifestantes eran las mismas: gritos en favor de la República -bandera incluida- y gritos contra el Príncipe que, en esta ocasión, respondía con un saludo y una sonrisa.

Con todo, actos de estas características se vienen produciendo desde hace algún tiempo. En ellos se ha visto envuelto no sólo el Príncipe Felipe, sino otros miembros de la Primera Familia. La infanta Elena, por ejemplo, fue objeto, en 2009, de una expresión de "cultura popular" de dudoso gusto, después de que el regidor de Cultura del Ayuntamiento de Mahón, Joan Carles Villalonga, despreciara en un vídeo a la primogénita del Rey.

Son cada vez más frecuentes, pero no por ello los miembros de la Primera Familia acaban de acostumbrarse. Los abucheos y gritos en favor de la República marcan cada cierto tiempo, como si de una cuestión cíclica se tratase, los actos presididos por alguno de los royals patrios.

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