Es noticia
Menú
El paradero de Iñaki Urdangarin, una incógnita
  1. Casas Reales
CASAS REALES

El paradero de Iñaki Urdangarin, una incógnita

La expectación es máxima en Vitoria ante la más que probable visita del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a su padre, que se encuentra en un delicado

Foto: El paradero de Iñaki Urdangarin, una incógnita
El paradero de Iñaki Urdangarin, una incógnita

La expectación es máxima en Vitoria ante la más que probable visita del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a su padre, que se encuentra en un delicado estado de salud. Multitud de periodistas se agolpan en la puerta de la casa familiar del marido de la infanta Cristina, situada en una urbanización privada de la capital alavesa, a pesar de que la llegada de éste aún no se ha producido.

Fue precisamente este miércoles cuando al yerno de don Juan Carlos se le vio en el aeropuerto de Washington con una maleta y acompañado de sus guardaespaldas, por lo que rápidamente se desataron los rumores sobre un inminente viaje de Urdangarín, previa escala en Londres, a España, pese a la estricta advertencia por parte del Rey de no pisar el territorio patrio.

Por su parte, el abogado del duque de Palma, Mario Pascual Vives, asegura que, según le consta, el marido de la infanta Cristina continúa en Washington, al tiempo que ha desmentido que se haya producido una reunión entre ambos en Londres. En este sentido, argumenta que, aunque le interesa tener reuniones con el yerno de don Juan Carlos, éstas pueden ser por videoconferencia.

Su padre, delicado de salud

Juan Mari Urdangarin está enfermo. Muy enfermo. Aquejado de problemas respiratorios y cardíacos graves, con un historial clínico en el que figura un derrame cerebral, el padre del duque de Palma atraviesa un momento complicado.

Desde verano, necesita de una silla de ruedas para los desplazamientos. Hace tiempo que no se le ve pasear por las inmediaciones de su residencia, en un exclusivo barrio de la ciudad. La última vez estaba serio, visiblemente cansado y muy apagado. Ahora su estado de salud ha empeorado. Por eso, el yerno del Rey, sin sus hijos ni su esposa, ha querido pasar estas horas bajas junto a su familia que, además de los envites personales, se enfrenta ahora al escarnio público de tener entre sus filas a un presunto corrupto.

Desde el jueves, las puertas de la casa que el matrimonio Urdangarin-Liebaert posee en Fray Francisco, Vitoria, están atestadas de fotógrafos y prensa, que se han desplazado hasta el lugar dispuestos a captar las primeras imágenes y reacciones del marido de la infanta Cristina, tras conocerse su imputación en una pieza separada del 'caso Palma Arena'. Una situación que inevitablemente ha arrastrado a esta familia de clase media-alta de Zumárraga, Guipúzkoa, a pasar del halago por el entroncamiento con la Familia Real a la acusación sin contemplaciones por los presuntos negocios fraudulentos de Urdangarin. La tranquilidad ha desaparecido de sus vidas. Algunos sectores de Vitoria que antes siempre les rindieron pleitesía, también les han dado la espalda.

Tras la imputación, llegó la tormenta

Incluso, Ana, la hermana mayor del duque que reside en Barcelona, ha visto truncado su anonimato. Como cuenta la periodista Pilar Eyre en conversación con Vanitatis, “los fotógrafos la están persiguiendo y le están siguiendo la pista”. El resto de la familia (médicos, químicos, abogados, profesores…) también atraviesan por una especial tesitura. “Están destrozados. Y el padre no sale de casa, porque está malhumorado, serio, apagado…”, afirman desde el círculo cercano de la familia a El Correo de Gijón. “Si mi hijo hubiese hecho lo que Urdangarin presuntamente ha cometido, a mí tampoco me quedarían ganas de salir a la calle. Me daría vergüenza”, prosigue el periodista Jaime Peñafiel en conversación con este portal. 

El que peor lleva la situación es Juan Mari Urdangarin, el patriarca, con siete hijos y 24 nietos. Ingeniero industrial e histórico militante del PNV, aterrizó junto a su familia en la capital alavesa en los años ochenta. Pronto se abrió paso en las altas instancias de la ciudad y en los círculos políticos. Primero trabajó como consejero delegado de la empresa química alemana Fuchs; más tarde fue nombrado presidente de la Caja de ahorros de Vitoria y Álava. Católico y conservador, intentó educar a sus hijos bajo la fe cristiana. Nunca faltaban a la misa de los domingos del colegio de los Marianistas. Ahora, a Juan Mari Urdangarin le cuesta creer el comportamiento no ejemplar de su hijo, que ha desafiado de nuevo a Su Majestad, para visitarle en la ‘jaula’ familiar de Vitoria.

La expectación es máxima en Vitoria ante la más que probable visita del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, a su padre, que se encuentra en un delicado estado de salud. Multitud de periodistas se agolpan en la puerta de la casa familiar del marido de la infanta Cristina, situada en una urbanización privada de la capital alavesa, a pesar de que la llegada de éste aún no se ha producido.

Iñaki Urdangarin