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Así convenció Letizia a Sofía de que dejara el chupete
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Así convenció Letizia a Sofía de que dejara el chupete

Tiene cuatro años, pero dicen de ella que en su carácter priman los genes más fuertes de su madre. A la infata Sofía, hija pequeña de

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Así convenció Letizia a Sofía de que dejara el chupete

Tiene cuatro años, pero dicen de ella que en su carácter priman los genes más fuertes de su madre. A la infata Sofía, hija pequeña de los príncipes de Asturias, no hay quien le tosa. Hace unas semanas, Letizia le tuvo que contar una historieta para que la cría abandonara definitivamente su chupete, al que se aferraba como si fuera su posesión más preciada. La princesa ya no sabía qué decirle a su niña para que dejara su mayor afición. Ni por activa ni por pasiva. La infanta se ponía a llorar inmediatamente cada vez que su madre la pedía el chupete.

Al final, solución equina. La princesa se acercó a su hija y le contó la historia de un potrillo recién nacido, que vive muy cerca del palacio en el que residen los príncipes de Asturias y sus hijas. Letizia explicó a Sofía que el animalito no tenía chupete y que estaría muy bien que ella se lo regalara.

La niña, a la que le encantan los animales, escuchaba atentamente a su mamá. Y cuando acabó la charla, dejó encima de una silla el chupete, en un gesto que demostraba que estaba dispuesta a desprenderse de él. Cuentan que Sofía soltó algunas lágrimas a modo de despedida, pero que enseguida volvió a sus quehaceres infantiles y a sus muñecas.

Evidentemente, el potro no recibió el regalo, que seguramente acabó sus días en el cubo de la basura de palacio. Triste final para tan preciado objeto. Qué no sabrá el chupete de las tramas palaciegas…

Eso sí, los años de periodismo activo de nuestra futura reina sirvieron como escuela para tejer una historia infantil muy efectiva. Letizia y su marido se han pasado meses intentando convencer a la Sofía de que el chupete solamente era para los bebés. Erre que erre, pero sin resultados. Y va un potrillo y consigue lo que los progenitores “reales” no lograron.

Tiene cuatro años, pero dicen de ella que en su carácter priman los genes más fuertes de su madre. A la infata Sofía, hija pequeña de los príncipes de Asturias, no hay quien le tosa. Hace unas semanas, Letizia le tuvo que contar una historieta para que la cría abandonara definitivamente su chupete, al que se aferraba como si fuera su posesión más preciada. La princesa ya no sabía qué decirle a su niña para que dejara su mayor afición. Ni por activa ni por pasiva. La infanta se ponía a llorar inmediatamente cada vez que su madre la pedía el chupete.