La Princesa Letizia 'vuelve la cara' a la prensa

Pese a que no eran ellos los contrayentes, lo cierto es que los príncipes de Asturias se convirtieron, sin proponérselo, en los auténticos protagonistas de la boda de Álvaro Fuster y Beatriz Mira, que tenía lugar este fin de semana en una finca de Málaga. En concreto, la imagen de doña Letizia fue la que más flashes, y más críticas, acaparó, después de que intentara evitar, girando la cabeza, ser captada por los fotógrafos que se agolpaban a las puertas del recinto.

Numerosos medios de comunicación se han hecho eco de la presencia de los príncipes en el enlace, analizando al milímetro cada uno de los detalles: desde el look de la esposa del heredero -su recogido trenzado, su tocado, y su vestido en tonos verde agua con pedrería en el cuello y las mangas-, hasta la cercanía que mostraron los futuros reyes con los invitados al enlace hasta que se marcharon, ya de madrugada, sin olvidarse, por supuesto, del intento de doña Letizia por pasar desapercibida a su llegada a la fiesta, en el asiento del copiloto del Citrôen que conducía su marido.

Internet también ha sido un hervidero de críticas por la actitud de la princesa de Asturias para con sus excompañeros de la prensa. Un gesto que, no obstante, no es la primera vez que hace. Si uno tira de hemeroteca, puede comprobar que se trata de un comportamiento habitual en la nuera real en sus salidas privadas, principalmente cuando se desplaza en coche.

Sin ir más lejos, este mismo año, doña Letizia volvía a ser criticada por los medios gráficos cuando, junto a su marido y sus hijas, se desplazaba el Día de Reyes a casa de su padre, Jesús Ortiz, para tomar el roscón con éste, su esposa (Ana Togores) y las sobrinas de Letizia, algo que ya se ha convertido en una tradición. En aquella ocasión, la princesa de Asturias se giró hacia sus hijas -de las que estuvo muy pendiente en todo momento- justo en el instante de ser captados por los fotógrafos, algo que también fue interpretado como un intento, por parte de la esposa de don Felipe, de evitar ser retratada, mientras su marido actuaba con naturalidad.

Un año antes (2011), en la misma fecha, volvía a suceder otro tanto. Los príncipes se disponían a llevar a sus hijas a casa del abuelo materno, a las afueras de Madrid. También en esta ocasión, doña Letizia hizo amago de dirigirse a su marido justo en el momento en el que saltaban los flashes de las cámaras, mientras don Felipe continuaba mirando al frente con total normalidad, un gesto, el de la princesa de Asturias, que suele repetirse cada vez más a menudo cuando se trata de actos de carácter privado.