La Princesa Letizia, el 'germen' del éxodo de Semana Santa en Mallorca

Es la pregunta que, cada año por estas fechas, asalta a los súbditos patrios: ¿Qué miembro real escapará de la foto de familia en la tradicional misa de Pascua en la catedral de Palma de Mallorca? En esta ocasión, la solución al acertijo es fácil, pues los duques de Palma, al igual que sucedió las pasadas navidades, no se dejarán ver por España durante estos días de Semana Santa. Lo único seguro, a la espera de conocer la fecha exacta en la que aterrizarán en la isla -exceptuando a doña Sofía, que ya está allí-, es que la foto de familia la compondrán los reyes, los príncipes de Asturias, las hijas de estos, Leonor y Sofía, y la infanta Elena sin sus hijos, tal y como ha podido confirmar Vanitatis.

Respecto a esta última, y aunque durante el comienzo de las vacaciones escolares se dejaba ver esquiando en la estación de Baqueira-Beret en compañía de sus hijos, lo cierto es que en los próximos días viajará a Palma y lo hará sin Froilán ni Victoria Federica, que para entonces se reunirán con su padre, Jaime de Marichalar, en Soria, junto al resto de la familia paterna.

En cualquier caso, lejos queda la estampa familiar completa que solían protagonizar durante las vacaciones, bien en la época estival, o bien en Semana Santa, pero siempre en Mallorca. Si en 2009 era únicamente el núcleo central de la Familia Real -formado por los reyes, los príncipes de Asturias y las infantas Leonor y Sofía- el que posaba a las puertas de la catedral de Palma coincidiendo con la misa del Domingo de Pascua, un año después volvían a ausentarse las infantas Elena y Cristina con sus respectivos hijos e Iñaki Urdangarin. Por lo que se refiere al pasado año, se echó de menos a don Juan Carlos, gran ausente junto al duque de Palma, y a los seis nietos reales de nuevo.

Desde hace varios años algo está cambiando en la Casa Real. Tradicionalmente, la Primera Familia ha mostrado la mejor de sus sonrisas frente al templo balear durante la Semana Santa, especialmente el Domingo de Resurrección. Cierto es que el cambio de domicilio de los duques de Palma a Washington -y, sobre todo, la imputación de éste en la pieza separada del Caso Palma Arena- han provocado cambios sustanciales en la agenda -tanto oficial como privada- de la Familia Real. Pero no es menos cierto que la relación de doña Letizia con sus cuñadas, así como la férrea postura de la Princesa de Asturias hacia las tradiciones ("están para romperlas", se le ha escuchado decir en alguna ocasión) ha dificultado la coincidencia de las agendas de los miembros de la Primera Familia.

Las impepinables 'vacaciones privadas' de los príncipes

Con todo, desde que la esposa de don Felipe entró en Palacio, las vacaciones de los príncipes de Asturias -y en menor medida la de las infantas Elena y Cristina- se vieron ligeramente alteradas. Comenzaron los viajes privados durante las fechas en las que no era obligada su presencia en la isla, como el consabido domingo de Pascua o la tradicional cena con las autoridades baleares que suele dar por finalizadas las vacaciones estivales de la Familia Real en Palma.

Así, don Felipe y doña Letizia disfrutaron, durante la pasada Semana Santa, de unos días en Roma junto a Paloma Rocasolano y las infantas Leonor y Sofía, y donde fueron recibidos como príncipes pese a constituir un viaje de carácter privado. Un año después, volvieron a protagonizar una escapada, de la que se hicieron eco varias revistas, con destino desconocido. En otras ocasiones, los príncipes de Asturias han elegido lugares algo más exóticos como China, el Caribe, las islas Fidji o las costas de Croacia.

Con la incorporación de Letizia a la Primera Familia comenzaron también las escasas coincidencias de los príncipes de Asturias con las hijas de los reyes, sobre las que siempre han planeado los rumores de una falta de sintonía hacia su cuñada. De ahí que don Juan Carlos y doña Sofía, especialmente esta última por ser la mejor embajadora de Mallorca -es la primera que llega y no suele faltar a su cita con la isla en ninguno de los períodos vacacionales del año- vean, en ocasiones con impotencia, el trasiego de idas y venidas de sus hijos y nietos sin apenas sincronía ni coexistencia entre ellos.