La reina Sofía 'aguanta el tipo' ante una corte de chismosos

Era el tema de conversación de todos los corrillos. Los escándalos en los que se ha visto envuelta la Casa Real en los últimos tiempos, cacerías y negocios incluidos, copaban las corversaciones de gran parte de los asistentes a la Primera Edición de los Premios FAO España, que presidía este miércoles la reina Sofía con su habitual estoicidad casi espartana.

Casi todos ellos coincidían en la cercanía que mostraba la monarca patria, que optó por quedarse al cóctel posterior a la entrega de galardones y no dudó en saludar y departir con todo aquel que quisiera acercarse a saludarla. Unos destacaban la imborrable sonrisa y la "actitud encantadora" que mostró durante todo el evento, "a pesar de los problemas que tiene en casa", mientras otros centraban sus discursos en el rey y su controvertida cacería. "Claro, es que lleva toda una vida sin poder elegir nada y ahora ha decidido que ya está bien, que va a hacer lo que quiera", comentaban.

Un poco más allá, doña Sofía, aparentemente ajena a los comentarios y con una copa de agua en las manos, sonreía sin parar a unos y a otros, ataviada con un traje de chaqueta y falda en tono azul oscuro y con estampado floral . A su lado se encontraba la ministra de Empleo y Seguridad Social,  Fátima Báñez; el presidente del Congreso, Jesús Posada; y Olga Viza, que ejerció de maestra de ceremonias en un acto en el que fueron premiados, entre otros,el humorista gráfico Antonio Fraguas, Forges, el periodista Ignacio Ramonet y la Liga de Fútbol Profesional, premio que recogió el futbolista Roberto Soldado junto a la gerente de la Fundación del Fútbol Profesional, Olga de la Fuente.

Durante la celebración, llamó especialmente la atención el discurso de uno de los premiados, el ingeniero agrónomo José Esquinas, pues además de ser el que más atención de la reina logró captar haciendo contínuas referencias a doña Sofía, impactó sobremanera en los asistentes tras criticar con firmeza que "el mismo día que mueren 40.000 personas como consecuencia del hambre, gastamos en armamento 4.000 millones de dólares. Esto es una muestra de la mayor vergüenza de la humanidad".