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Los secretos de la Familia Real británica, al descubierto
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CASAS REALES

Los secretos de la Familia Real británica, al descubierto

"Diana, que es una perfecta manipuladora, ha escogido aparecer delante de ese mausoleo sublime (el Taj Mahal), símbolo del amor eterno, para enviar un mensaje muy

"Diana, que es una perfecta manipuladora, ha escogido aparecer delante de ese mausoleo sublime (el Taj Mahal), símbolo del amor eterno, para enviar un mensaje muy claro: La princesa, el icono, es desdichada (...). Sabe cómo utilizar a la prensa (...). Todo el mundo está pendiente de ella, que contamina el universo real como venganza (...). Y dramatiza aún más la situación. Va vestida con traje chaqueta negro y blusa blanca; lleva los ojos muy maquillados; una puesta en escena...".

Lady Di, aquella reina de corazones de mirada tierna y sonrisa dulce , no era, al parecer, tan inocente ni tan frágil como se presentaba a los ojos de su pueblo. Siempre se había empeñado en aparecer ante los demás como una víctima, una mujer engañada y sola ante el mundo, algo notablemente alejado de la actitud real de la exnuera de Isabel II. Esta inédita revelación, tan dura como sorprendente, es una de las críticas más despiadadas de un nuevo libro sobre la Familia Real británica, que ve la luz no sin controversia.

La saga de los Windsor (Aguilar) no deja títere con cabeza. Desde la reina Victoria hasta Wallis Simpson, pasando por la reina madre y Sarah Ferguson... prácticamente todos los miembros de la Primera Familia inglesa encuentran hueco entre las páginas de una obra que pretende ser un repaso a la trayectoria sentimental de una de las familias reales más influyentes del viejo continente. Los capítulos sobre Diana de Gales son, quizá, los más polémicos e impactantes. Además de asegurar que era conocedora del romance de su marido con Camilla Parker Bowles antes incluso de casarse y que lo aceptó de buen grado con tal de convertirse en princesa de Gales, el autor Jean des Cars revela detalles sobre uno de sus amantes, el capitán James Hewitt; así como el carácter calculador de Diana, sus armas para con la prensa (sabe seducir y le gusta su imagen) y sus intentos por hacer que Carlos de Inglaterra olvidara a su amante.

La muerte de Lady Di es otro de los capítulos del libro. Aunque éste no se adentra en las posibles causas del fallecimiento, sí desvela que la tragedia constituyó todo un alivio parala Familia Real británica, a quien el pueblo tardó en perdonar su frialdad y una pésima gestión del suceso.

Los annus horribilis de Isabel II

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Pero la princesa del pueblo no es, ni mucho menos, la única protagonista de La saga de los Windsor, que se cierra con el Jubileo de Isabel II, de este mismo año. La separación de Andrés y Sarah Ferguson y la posterior filtración de sus negocios y presuntas corrupciones; el resurgir de Camilla, en pleno huracán mediático de Carlos y Diana, y su boda con el príncipe de Gales, a quien conoció en 1971; y la muerte de la reina madre -símbolo de la unidad nacional y abuela favorita de los británicos- y de la hermana de Isabel II ocupan gran parte de la tragedia de la Familia Real británica, un clan de origen alemán marcado por los escándalos, las separaciones y las abdicaciones. Como la del príncipe Eduardo, tío de la actual reina, que renunció al trono por amor a Wallis Simpson, una joven que revolucionó Buckingham haciendo temblar sus cimientos, al igual que años después sucedería con Lady Di.

En cualquier caso, durante sus 60 años de reinado, Isabell II ha hecho frente a numerosas crisis de popularidad de la monarquía británica, un deterioro de la imagen que pareció paliarse coincidiendo con el anuncio de boda de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton. No hubo errores y el pueblo se reconcilió con Su Graciosa Majestad después de comprobar que se trataba de un enlace por amor (a diferencia del de Lady Di), y de que la institución se había modernizado y, sobre todo, humanizado. La armonía, según la publicación, llegó por fin al seno familiar, algo que no ocurría desde los tiempos de Jorge VI, su padre, cuya coronación, que llegó precedida de un largo período convulso por la muerte de Jorge V y el breve reinado de Eduardo VIII y Wallis Simpson, sirvió para reconciliar a la opinión pública con la monarquía, que tan el peligro se había puesto tiempo atrás.

Asimismo, Jean des Cars hace un recorrido por la historia de amor de la actual reina de Inglaterra y el duque de Edimburgo. En su obra desgrana su relación, marcada por las dificultades y las diferencias, pero también por la confianza y el apoyo. Desde que se conocieron, cuando Lilibeth tenía 13 años, y hasta ahora, han formado un sólido matrimonio que ha luchado contra todo tipo de baches y tropiezos, sin olvidar, por supuesto, el peculiar, incorrecto y grosero sentido del humor del príncipe Felipe, que tantos quebraderos de cabeza ha ocasionado a la corte y al reino, pero que le han convertido sin duda en elpersonaje real favorito de la prensa del país.

"Diana, que es una perfecta manipuladora, ha escogido aparecer delante de ese mausoleo sublime (el Taj Mahal), símbolo del amor eterno, para enviar un mensaje muy claro: La princesa, el icono, es desdichada (...). Sabe cómo utilizar a la prensa (...). Todo el mundo está pendiente de ella, que contamina el universo real como venganza (...). Y dramatiza aún más la situación. Va vestida con traje chaqueta negro y blusa blanca; lleva los ojos muy maquillados; una puesta en escena...".

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