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El príncipe Alberto de Mónaco hace caja con la colección de coches de su padre
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El príncipe Alberto de Mónaco hace caja con la colección de coches de su padre

El próximo 26 de julio el príncipe Alberto de Mónaco sacará a subasta 38 vehículos de la colección privada de Rainiero; una venta en la que

El próximo 26 de julio el príncipe Alberto de Mónaco sacará a subasta 38 vehículos de la colección privada de Rainiero; una venta en la que se deshará de modelos de firmas tan emblemáticas como Bentley, Citroën, Chevrolet, Porsche o Dodge y que, según explican los expertos podría alcanzar los 500.000 euros. 

Apasionado de los coches, el príncipe Rainiero constituyó durante más de 30 años una importante colección personal de coches antiguos que cuenta en la actualidad con 100 modelos, una cifra que quedará reducida en unos días, tras la puesta a la venta de 38 de sus piezas. Y es que, con el fin de recaudar nuevos fondos para seguir ampliando su colección, Alberto de Mónaco subastará alguno de los modelos que adquirió en su día su padre. 

“Esta colección tiene mucho valor para mí y deseo enriquecerla con la adquisición de nuevos coches. A todos los amantes del motor, les doy cita en el principado en 26 de julio con el fin de descubrir los coches particulares de mis reservas que serán propuestos en una subasta única”, explica el propio príncipe.

Pese a subastarse un Austin Seven Roadster, un Bentley S1 Berline, un Citroën 1955, un Porsche, un Dodge 6x6, o un Chrysler Limousine, la joya de esta venta es el coche particular del príncipe Rainiero. “El coche que más interés va a despertar entre los compradores será el coche personal de Rainiero de Mónaco, un Mercedes 500 SEC con 8.000 kilómetros comprado en 1983 y que puede alcanzar los 50.000 euros”, explica Matthieu Lamure, responsable de la casa de subastas Artcurial. 

Los precios de los vehículos del príncipe son muy asequibles. Los bolsillos más pequeños pueden adquirir por 3.000 euros un clásico Fiat 500 o un Honda, mientras que los compradores más adinerados podrán gastarse hasta 35.000 euros en un Panhard de 1913.

“Se trata de una venta que cuenta tanto con amantes del automóvil como gente admiradora de la casa real de Mónaco que quiere tener alguno de sus vehículos. Hay compradores de todas las nacionalidades: del Principado, de France, de toda Europa o de los Estados Unidos. Mónaco es un lugar mítico que hace soñar a la gente”, comenta Matthieu en conversaciones con Vanitatis.  

Parte de la colección de coches de Rainiero de Mónaco estará expuesta al público durante los días, 24, 25 y 16 de julio, para que los futuros pujantes puedan ver las piezas en las terrazas de Fontveille. “Muchos se desplazarán para el día de la venta, pero otros lo harán por teléfono.  En total habrá unos 2.000 compradores”, explica Matthieu Lamure.

Una familia adicta a la velocidad

Los Príncipes de Mónaco siempre han sido unos apasionados del mundo del automóvil.  El príncipe Pierre inició el Gran Premio en 1929 y participó igualmente al volante de un Tropédo. Por su parte, el príncipe Rainiero apoyó el desarrollo de esta competición, hoy reconocida como la más prestigiosa en el mundo.

Asimismo, durante varios años, el príncipe Rainiero fue comprando coches de colección con modelos europeos construidos por las más importantes e ilustres firmas europeas y americanas y que marcaron una época y que fue restaurando para su perfecta utilización: un De Dion Bouton de 1903, el modelo más antiguo de la colección y precisamente, la primera adquirida por el príncipe Rainiero III, un Renault 12cv 4 cilindros Torpedo 1911, un Panhard Levassor 1913, un Ford T 1924, un Peugeot Quadrilette de 1921, un Lincoln 1928, un Citroën Kégresse, un Ford A 1930, un Hispano Suiza 1928, un Delage 1934, un Packard de 1935, un Cadillac 1953, un Chrysler Imperial de 1956.

El próximo 26 de julio el príncipe Alberto de Mónaco sacará a subasta 38 vehículos de la colección privada de Rainiero; una venta en la que se deshará de modelos de firmas tan emblemáticas como Bentley, Citroën, Chevrolet, Porsche o Dodge y que, según explican los expertos podría alcanzar los 500.000 euros.