Lío en Zarzuela por la decisión de la reina de acudir a los tribunales

La demanda de protección al derecho al honor  interpuesta  por la reina doña Sofía contra la agencia Ashley Madison, que utilizó su imagen para una campaña comercial que promovía las infidelidades extramaritales, ha vuelto a situar en primera línea informativa al Jefe del Estado y su familia directa. Desde que se hicieron públicos los desmanes de Urdangarin y posteriormente su imputación (unido a la polémica surgida a raíz del viaje a Botsuana), no hay día que Zarzuela no se convierta en noticia, y no precisamente por asuntos que beneficie a la institución. A todos estos frentes abiertos, hay que sumar la preocupación de los responsables de seguridad y comunicación ante el aumento de los abucheos en las apariciones públicas de los reyes y los príncipes.

Ocho meses después de que la agencia de contactos sexuales Ashley Madison utilizara la imagen de doña Sofía como reclamo publicitario, bajo el eslógan "Ya no tienes por qué pasar la noche sola", Su majestad se decidió a actuar. Era la primera vez que un miembro de la Familia Real no utilizaba los servicios de la Abogacía del Estado, sino que se remitía a una defensa particular. En este caso, se trataba de contratar a un abogado y a un procurador, decanos de los colegios respectivos, que tendrá que pagar de su bolsillo la propia Reina Sofía. Esta determinación de la consorte real de luchar legalmente por su honor sienta un precedente histórico, porque hasta ahora  nadie de los Borbón/Grecia lo había hecho. Si era necesaria una defensa, actuaba el Fiscal General, entre cuyas atribuciones se encuentra precisamente amparar de oficio, como sucedió con los príncipes y la polémica portada de la revista El Jueves. Hubo juicio y condena.

Ahora es diferente porque se trataría de un juicio ordinario, donde las partes tendrán que declarar. Y es lo que ha sorprendido dentro y fuera de Zarzuela, porque abre un debate complicado. Para empezar: resulta chocante que se haya esperado ocho meses para presentar la reclamación judicial y que se hiciera justo cuando el rey se encontraba de viaje oficial en la India. Este hecho puede dar lugar a todo tipo de interpretaciones y, algunas de ellas, poco favorables que originarían malentendidos. Hay una versión que confirma que Su Majestad no tenía ni idea de la decisión de su mujer, lo que demostraría públicamente que el matrimonio va por libre. Otra hipótesis que se baraja es que ha ocurrido algo que se escapa a la vista de los ciudadanos y que ha molestado sobremanera a doña Sofía. De ahí, la decisión de acudir a los tribunales para zanjar futuros  reclamos publicitarios.

Una tercera exposición se decantaría por los desquites emocionales. El caso es que en la familia vuelven a estar divididos. A una parte (dicen que las infantas están con su madre) les parece muy bien lo que ha hecho y, en el caso del príncipe, una complicación más en su labor de apagafuegos familiar. Hay temas y situaciones que es mejor dejar pasar, así parece que lo consideran algunos expertos en la materia. La minuta de la defensa también sería tema de interés general, ya que unos profesionales de esa categoría tienen unos honorarios muy elevados.

Hay que considerar que cuando se celebre el juicio en el juzgado de Primera Instancia número 50 de Madrid deberían acudir las partes. Imaginar a la reina Sofía interrogada por la defensa de la empresa de contactos sexuales puede resultar impredecible. Ellos querrán demostrar que utilizaron figura de la reina, porque ya se habían vertido públicamente determinados comentarios en ese sentido.  De ahí que se haya vuelto a liar en Zarzuela.