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La princesa y sus viajes 'secretos' por medio mundo
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La princesa y sus viajes 'secretos' por medio mundo

Los viajes secretos de la princesa de Asturias se han convertido en un referente en la vida cotidiana de la Familia Real. Unas veces en solitario

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La princesa y sus viajes 'secretos' por medio mundo

Los viajes secretos de la princesa de Asturias se han convertido en un referente en la vida cotidiana de la Familia Real. Unas veces en solitario y otras en compañía del Príncipe y las Infantas, la consorte del heredero desaparece del mapa institucional sin dejar rastro. Y quizá lo más llamativo de estas ausencias sea que en muchas ocasiones el gabinete de comunicación de Zarzuela no tiene ni idea del plan de fuga y mucho menos de los motivos que la motivan. Según parece, la princesa teme filtraciones y por eso solo las personas indispensables relacionadas con seguridad saben de la hoja de ruta. 

La última escapada parece haber sido un viaje a Miami del que informó este martes Paloma García Pelayo en El programa de Ana Rosa (Telecinco) y del que horas después los responsables de prensa decían no saber nada, aduciendo que todo lo que no forme parte de la agenda oficial es privado y por lo tanto los periodistas no pueden tener datos de ello. Según explicaron desde este departamento a Vanitatis: "No hay información ni comunicado oficial al tratarse de temas privados".

El viaje de la princesa a Miami se realizó supuestamente el 21 de noviembre en un vuelo regular de Iberia. La pasajera real estuvo acompañada de tres escoltas y no tuvo que esperar en la sala vip, ya que accedió directamente a la cabina de business, donde tenía dos asientos reservados. Nada se sabe de las razones de este viaje, aunque García Pelayo dejaba caer que podía tratarse de la visita a un centro de estética. Esta información tampoco la confirman ni desmienten en Zarzuela. Cuatro días después de ese vuelo, Letizia aparecía en el hospital San José con su marido y las niñas para visitar a don Juan Carlos, que había sido operado de la cadera. Entre el 21 y el 24 de noviembre la agenda oficial de la Princesa estaba vacía, por lo que no tenía ningún compromiso en España.

Portugal, los Alpes… ¿Australia?

Estos viajes secretos forman parte de lo que la Princesa denominó en su día “vacaciones privadas”, pues considera que no tiene que dar razones de las mismas, aunque tanto la seguridad como los medios utilizados estén a su servicio por ser la mujer del heredero. En varias ocasiones su destino ha sido Portugal, concretamente el Algarve, donde ha sido invitada por el empresario Vasco Manuel de Quevedo Pereira Coutinho, que posee un imponente castillo que se ha convertido en cobijo de los Príncipes en varias ocasiones. Si no hubiera sido por los paparazzi que fotografiaron alguna de esas estancias nada se habría sabido, salvo que durante esos días no había agenda oficial.

Algo parecido ocurrió con la escapada a los Alpes suizos en la Semana Santa del 2010, donde la infanta Leonor se inició con el esquí en vez de hacerlo con sus primos en Baqueira, como han hecho todos los niños Borbón. Esa vez no estuvo el Príncipe y sí Paloma Rocasolano. En 2011, en el espacio de solo tres meses, los Príncipes visitaron Londres, Roma y Ámsterdam sin informar sobre sus desplazamientos. 

Hay otro viaje nunca confirmado ni fotografiado que colocaría a la princesa con un grupo de amigas en Australia y que formaría parte de esas vacaciones que de vez en cuando organiza emulando sus tiempos de periodista viajera. Aseguran los que la trataban cuando aún no era ni tan siquiera prometida que a Letizia le servían para desconectar y evadirse, aunque en aquellos años y por motivos obvios eran mucho más austeros que los de ahora.

Salvo la estancia en Jávea en abril del 2012 acompañada de sus amigas de siempre, como Sonsoles Ónega, Cristina Palacios Rubio, Mar Peiteado Mariscal, Ana Prieto, Inmaculada Nacher y Almudena Bermejo, que tuvo que interrumpir por el accidente de escopeta de Froilán, del resto de sus movimientos no oficiales se sabe lo imprescindible. Lo llamativo del caso es que cuando se descubren se suelen negar hasta que las imágenes demuestran lo contrario. La pregunta del millón es qué necesidad hay en estos momentos de estos viajes misteriosos que seguramente serían razonables si se explicaran.

Los viajes secretos de la princesa de Asturias se han convertido en un referente en la vida cotidiana de la Familia Real. Unas veces en solitario y otras en compañía del Príncipe y las Infantas, la consorte del heredero desaparece del mapa institucional sin dejar rastro. Y quizá lo más llamativo de estas ausencias sea que en muchas ocasiones el gabinete de comunicación de Zarzuela no tiene ni idea del plan de fuga y mucho menos de los motivos que la motivan. Según parece, la princesa teme filtraciones y por eso solo las personas indispensables relacionadas con seguridad saben de la hoja de ruta.