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El lavado de imagen de los príncipes de Asturias
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El lavado de imagen de los príncipes de Asturias

Durante los últimos meses, retratar la vida no oficial de los príncipes de Asturias ha sido una tarea complicada para los reporteros y paparazzi que recibían

Durante los últimos meses, retratar la vida no oficial de los príncipes de Asturias ha sido una tarea complicada para los reporteros y paparazzi que recibían soplos de por dónde se movían el heredero y su consorte, ya fuera en pareja o en solitario. De hecho, hace unas semanas, cuando el Príncipe cenaba en el restaurante El Landó de Madrid con seis amigos, no hubo posibilidad de reflejar ese encuentro de hombres. Un ciudadano anónimo que lo intento fue rápidamente controlado por los servicios de seguridad, aunque en esta ocasión con amabilidad.

No ha sucedido lo mismo en otras ocasiones con los fotógrafos que esperaban a la pareja a las puertas de los cines Renoir, en el circo Price o en restaurantes poco conocidos donde los escoltas han solicitado el DNI a los profesionales mientras el heredero y su mujer huían como si fueran estrellas del colorín. De ahí la extrañeza general por las fotografías que ilustran la portada de la revista ¡Hola! esta semana, donde se ve a la pareja abrazada en medio de la noche paseando por el Madrid de los Austrias tras haber cenado en un restaurante que, aunque no forma parte de los locales de moda, si es lugar de visita habitual de empresarios y políticos.  

Ese mismo día cenaba en La esquina del Real, así se llama el local, un importante directivo de Acciona que, además de coincidir con el matrimonio, pudo comprobar cómo los escoltas se hacían visibles dentro y fuera del local. Por lo tanto, no cabe pensar que los Príncipes fueron sorprendidos por los fotógrafos en la calle. El paseo nocturno hasta el aparcamiento del Palacio Real estaba controlado al milímetro y se facilitó la labor de los tres reporteros de la agencia Premier que hicieron las fotografías. Dentro del parking no solo estaba el vehículo de don Felipe custodiado por los servicios de seguridad, sino dos más que se unían a los que permanecían fuera.

Los profesionales, que no se encontraban a muchos metros de distancia cuando les fotografiaron, pudieron hacer su trabajo sin que el heredero diera las órdenes contrarias. A la una de la madrugada y en una noche realmente fría, las calles aparecen desiertas y todo parece estar orquestado para un gran reportaje amoroso.

En estos tiempos convulsos para la Primera Familia, donde la imputación de Urdangarin y del secretario personal de las infantas, Carlos García Revenga, sobrevuela cualquier movimiento de sus miembros, esta imagen del matrimonio Borbón en una revista favorece al heredero. Potenciar al Príncipe es en estos momentos prioridad absoluta en Zarzuela. La portada de ¡Hola!, con una fotografía cómplice de los herederos bajo el título “Amar en tiempos revueltos”, presentaba la unidad frente al desbarajuste judicial por los desmanes de Urdangarin que reflejaban la revista Semana y Diez Minutos con los siguientes titulares: “La Infanta Cristina se resiste a renunciar por sus hijos” y “Cristina acorralada”, respectivamente.

Los Príncipes sabían que les fotografiaban aquella noche y que serían portada del Hola este miércoles, pero a veces esas cosas vienen bien. Hay futuro para la Monarquía. O al menos eso venden las imágenes en cuestión.

Durante los últimos meses, retratar la vida no oficial de los príncipes de Asturias ha sido una tarea complicada para los reporteros y paparazzi que recibían soplos de por dónde se movían el heredero y su consorte, ya fuera en pareja o en solitario. De hecho, hace unas semanas, cuando el Príncipe cenaba en el restaurante El Landó de Madrid con seis amigos, no hubo posibilidad de reflejar ese encuentro de hombres. Un ciudadano anónimo que lo intento fue rápidamente controlado por los servicios de seguridad, aunque en esta ocasión con amabilidad.

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