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Corinna, un año después
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Corinna, un año después

14 de abril de 2012. El día del centenario del hundimiento del Titanic o del 81 aniversario de la proclamación de la II República. Sin embargo,

Foto: Corinna, un año después
Corinna, un año después

14 de abril de 2012. El día del centenario del hundimiento del Titanic o del 81 aniversario de la proclamación de la II República. Sin embargo, para muchos españoles será el día en el que la princesa Corinna Sayn-Wittgenstein salía a la palestra y hacía temblar los cimientos de la institución monárquica. Mientras el Rey era operado en el Hospital San José de Madrid tras sufrir una caída durante una cacería privada en Botsuana que lo colocó en una posición incómoda, se desvelaba el nombre de una de sus acompañantes en ese viaje tras el que don Juan Carlos llegaría, incluso, a pedir un insólito “perdón” ante las cámaras.

Poco a poco se abría la veda para hablar de su acompañante en el safari, una alemana de 46 años, divorciada y madre de dos hijos, que también organizaba cacerías en África para nobles y multimillonarios a través de la empresa ‘Boss&Company Sporting Agency’, de la que había llegado a ser a ser consejera delegada. La “amiga entrañable” del Rey todavía no había hecho que el CNI justificase sus servicios ni había sido portada de ‘¡Hola!’ pero muchos ya se preguntaban quién era la rubia despampanante de ojos claros que había acompañado al Rey en muchos de sus viajes.

Casi un mes después de que su nombre saltase al primer plano de la actualidad Pilar Eyre publicaba en El Mundo que la aristócrata ya se había mudado definitivamente a su residencia de Montecarlo, en Mónaco, rompiendo totalmente con la vida que hacía en Madrid. La jefatura del Estado ya la tenía lejos de su seno. Poco o nada se escuchó acerca de Corinna durante el verano de 2012, pero la princesa estaba lejos de desaparecer de la vida de los españoles. “El Rey es un tesoro nacional” dijo a finales de septiembre sobre el monarca en el New York Times.

Parecía un anticipo de lo que llegaría más tarde: en una entrevista al diario El Mundo, la princesa alemana aseguró, el pasado mes de febrero, que había intentado colocar al yerno de don Juan Carlos con un jugoso salario, por petición expresa de este, en la filial española de la Fundación Laureus.

El caso Noos y la portada de ‘¡Hola!’

El caso Nóos volvió a colocarla en primera plana de la actualidad. Fue a través de los correos que Diego Torres, exsocio de Urdangarín, entregó al juez Castro, en los que se comprobaba la excelente relación que mantenía con el duque y con el Rey, hasta el punto de que, a instancias del segundo, buscó trabajo al primero.

Zarzuela se mostró sorprendida ante la aparición de la princesa en un medio español como El Mundo y desde el palacio se aseguró que ella “iba por libre”  para hacer sese ‘publirreportaje’ que se quedaría en nada con el que apareció en la revista ‘Hola!, tradicional aliada de la Familia Real. Corinna aseguraba desde Londres que no quería convertirse en una celebridad, ocupar portadas ni aparecer en las páginas de sociedad, algo que no le conviene, dijo. La alemana llegó a declarar que su vida se había convertido en una “auténtica pesadilla” y que había perdido a “un cliente tremendamente importante” a raíz de las especulaciones sobre su relación con el monarca. “Ante todo, siento un profundo respeto por el Rey y el príncipe”, dijo.

Sin embargo, las relaciones de Corinna con la monarquía española no han dejado de provocar titulares. El Confidencial sacaba a la luz, hace apenas un mes, que La Casa del Rey pagó con fondos públicos las obras de mejora y reforma de la finca La Angorrilla, en la que durante casi cinco años pasaron largas temporadas la princesa y uno de sus hijos, según confirmaron fuentes muy cercanas a La Zarzuela.

La lujosa vivienda se levanta sobre una antigua casa forestal situada en el  monte de El Pardo de Madrid, en una zona vigilada y de acceso restringido, y su rehabilitación fue financiada en gran parte con cargo a los presupuestos de Patrimonio Nacional, el organismo público que custodia los bienes de titularidad estatal al servicio de la Familia Real.

Además, la princesa no era un personaje tan novedoso para los paparazzi, que llevaban tras ella desde 2006 e incluso viajaron a Londres para captar sus imágenes. 

Un año después de Botsuana, la princesa alemana ha sido objeto de representaciones falleras, de encendidos debates y es todo un personaje que, por el momento, parece que desvanecerse de la opinión pública pero cuya repercusión puede haber dejado a la institución casi tan herida como el caso Urdangarin. 

14 de abril de 2012. El día del centenario del hundimiento del Titanic o del 81 aniversario de la proclamación de la II República. Sin embargo, para muchos españoles será el día en el que la princesa Corinna Sayn-Wittgenstein salía a la palestra y hacía temblar los cimientos de la institución monárquica. Mientras el Rey era operado en el Hospital San José de Madrid tras sufrir una caída durante una cacería privada en Botsuana que lo colocó en una posición incómoda, se desvelaba el nombre de una de sus acompañantes en ese viaje tras el que don Juan Carlos llegaría, incluso, a pedir un insólito “perdón” ante las cámaras.