La fiel confidente de Letizia

Son amigas desde hace años, muy amigas. Tanto, que a una de ellas se la conoce como “la confidente”. La otra es mucho más famosa, más mediática… es Letizia Ortiz, la futura reina de España.

Se conocieron en el departamento de peluquería y maquillaje de una cadena televisiva de ámbito nacional, cuando la princesa de Asturias iniciaba su exitosa carrera como periodista de a pie en la pequeña pantalla. Y hubo feeling inmediato. Una amistad que está por encima de títulos y protocolos.

En la actualidad, Letizia tiene tanta confianza en esa amiga invisible que queda con ella varias veces al mes, generalmente los martes, para contarle sus penas y sus alegrías. Un oasis de paz y confidencias sinceras en un desierto lleno de obstáculos.

Solían desayunar juntas habitualmente en una cafetería cercana a la calle madrileña de Ríos Rosas, desde la que es fácil acceder a la carretera que lleva a la residencia oficial de Letizia y el Príncipe.

Algún cliente que ha coincido con ellas cuenta cómo la princesa se quejaba en su momento de los quebraderos de cabeza que le estaban dando su tía Henar tras sus declaraciones antimonárquicas vía Twitter y otros miembros de su familia. Esos reveses han originado algún que otro problema entre la Princesa y la familia de su marido.

En la intimidad, la Princesa deja escapar sus miedos y temores. Tiene los pies en el suelo, es más sensible, menos distante. Nada que ver con la figura pública, tan segura de sí misma, tan fría y seria. “Dos personalidades completamente distintas”, según quienes la conocen.

Todos los compañeros de ‘la confidente’ de Letizia saben que la enigmática mujer vale más por lo que calla que por lo que cuenta. Y es un muro sobre el que rebotan los indiscretos. Porque nadie es capaz de sacarle ni media palabra de sus conversaciones con Letizia, aunque la mayoría está al tanto de esos encuentros furtivos y llevados tan en secreto.