Pedro Trapote, dueño de Joy Eslava: "Froilán no tiene una relación laboral con nosotros"

El dueño de la discoteca Joy Eslava, Pedro Trapote, se ha visto salpicado por la polémica tras publicarse que el hijo de la infanta Elena, Felipe Juan Froilán, que además ocupa el quinto lugar en la sucesión al trono, visita asiduamente las sesiones light de su local y que además colabora con ellos en la captación de clientes, a pesar de tener menos de 16 años. Trapote niega que Froilán haya trabajado nunca como relaciones públicas para la mítica sala situada en la calle Arenal, o que tenga alguna responsabilidad en las denominadas “tardes light”. Estas sesiones juveniles sin alcohol se inauguraron en septiembre. El estreno fue un éxito gracias a la temática y la estética elegida, la del grupo Anonymous, cuyas caretas triunfaron entre los chavales. Para el nieto del Rey estas sesiones han supuesto su viaje iniciático a la discoteca frecuentada por sus padres cuando cumplieron los 18. Trapote, el también dueño de TClub en Madrid (antigua Pacha), ha respondido a las preguntas de Vanitatis sobre este asunto.

Menudo revuelo se ha organizado con Froilán como cliente ‘especial’ de su local…

Quiero aclarar que no lo es. El chico se divierte y disfruta como cualquier adolescente al que le gusta estar con sus amigos, bailar y escuchar la música del momento. Nada más. No hay ningún tipo de relación profesional ni laboral entre él y nosotros.

¿Cómo explicaría entonces lo que se hacomentado en los medios?

Froilán tiene muy buena relación con Daniel García, que es la persona que controla las tardes. Si va a traer a veinte amigos se ponen de acuerdo con las entradas y se le ceden unas cuantas. No hay más.

Seguro que su sola presencia atrae a más gente…

Es un chico divertido, simpático y que tiene un liderazgo natural. Queda con sus amigos y estos a su vez con otros y él se encarga de organizar la tarde. No tiene capacidad para dar entradas. Sería arrogarle una responsabilidad de la que no goza. Aquí hay profesionales que son los que organizan las actividades.

¿Usted sabía que el hijo de la infanta Elena era uno de los clientes habituales de Joy?

No, hasta que me lo encontré una tarde. Fue divertido porque me dijo: “Oye, que mi padre sabe que estoy aquí…”. Me imagino que me lo comentó para que no me preocupara. Hay una seguridad absoluta tanto en la sala como en el resto del local. Y por eso los padres están mucho más tranquilos y prefieren que sus hijos estén aquí y no de botellón en un parque. Tenemos muchas llamadas de padres que nos piden tarjetas. Para ellos es una tranquilidad.

¿Los escoltas de Casa Real también entran en la sala?

No lo sé, pero tampoco sería necesario. No hay alcohol por ninguna parte. Se retiran los expositores y se precintan los botelleros. En este sentido no hay riesgo. Hacemos inspecciones constantemente y no se permite la entrada a menores de 14 años ni mayores de 18 porque se pide el DNI.

¿Ha cambiado algo por la presencia del nieto del Rey en la discoteca?