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Se cumplen diez años del "déjame terminar"
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EL 6 DE NOVIEMBRE DE 2003 FUE LA PEDIDA DE MANO

Se cumplen diez años del "déjame terminar"

Hace una década que Letizia mostró, por primera vez, ese carácter del que ha hecho gala en varias ocasiones en su pedida de mano

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Hace una década que la princesa de Asturias mostró, por primera vez, ese carácter del que ha hecho gala en varias ocasiones. Fue el 6 de noviembre de 2003, en su pedida de mano. Sin separarse un solo segundo, la pareja llegaba al Patio de los Austrias del Palacio de El Pardo. Ella de blanco y con un Armani y él con un traje azul y corbata a juego.

Pisando fuerte y muy segura, Letizia Ortiz mostró a los medios de comunicación la versión de sí misma que ella creía la mejor. Muy espontánea, la futura Princesa sorprendió a todos con un “déjame terminar” cuando explicaba que el compromiso le obligaba a poner “punto y aparte” a su carrera profesional y el Príncipe quiso intervenir, algo que suscitó las risas de todos, incluidas las de Felipe y la Reina.

Sin embargo, ésta no fue la única ocasión que la Princesamostró su fuerte personalidad. La última tuvo lugar este verano durante las vacaciones de la Familia Real en Mallorca. Después de llegar a la isla días más tarde de que lo hicieran su marido, la Reina, las infantas Elena y Cristina así como sus sobrinos y poco antes del Rey,abandonó Mallorca sin la compañía del Príncipe y sus hijas Leonor y Sofía. Este regreso inesperado, antes de tiempo y después de plantar al Príncipe en la entrega de premios de la Copa del Rey de Veladías antes, disparó los rumores de una posible crisis en la pareja. Esta espantada supuso, además, el punto y final a su complicado carácter por parte de sus asesores reales mostrándose a la vuelta de vacaciones mucho más cerca y sonriente.

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El temperamento de la Princesa no sólo se muestra de puertas hacia dentro. El pasado mes de marzo en la recepción organizada en la embajada española en la Santa Sede previa a la primera misa del Papa Francisco I, Felipe y Letizia eran los anfitriones. Allí, y mientras su marido permanecía junto a Mariano Rajoy, los ministros García Margallo y Alberto Ruiz-Gallardóny altas instituciones de la Conferencia Episcopal, Letizia permaneció en una sala contigua a la recepción hablando por el móvil y enviando mensajes. Sin embargo, el momento más surrealista tuvo lugar cuando el Príncipe mantenía una conversación con varios cardenales y fue interrumpido por doña Letizia: “Oye, que me han dicho que esto se está acabando, que nos echan, que nos vamos ya”, dijomarchándosea una sala a esperarle.

Alérgica a los duques de Palma

El caso Urdangarin se ha convertido en un polvorín para las relaciones entre los miembros de la Casa Real, sobre todo para los príncipes. Le tesitura judicial del duque de Palma y meses después la de la infanta Cristina como su fugaz imputación echó por tierra la relación fraternal que ambos se han profesado durante años.A pesar de que Letizia y Felipe han intentado no estar cerca deellos, el pasado 22 de diciembre la princesa de Asturias mostró públicamente su descontento a la salida del Teatro Coliseum de Madrid cuandola Reina acudió junto a sus hijas, su nuera y sus nietos a ver el musical Sonrisas y Lágrimas. A la salida, y sabiendo que los fotógrafos las esperaban en la puerta, la princesa se alejó de la infanta Cristina en la instantánea, la primera en la que coincidían desde 2010. De hecho, aparece algo apartada del grupo en alguna de ellas.

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Esta tensa relación viene de tiempo atrás. Ya en el Día de la Hispanidad de 2010, Letizia alimentó las informaciones que apuntaban a la mala relación existente entre ella y la infanta Cristina. En las imágenes de ese día, la princesa saluda de forma efusiva a la infanta Elena pero ignora a Cristina, a la que no se acerca ni besa. El enfrentamiento entre ambas surgió ese mismo añocuando doña Cristina le pidió a los Príncipes de Asturias que hospedaran, durante unos días,a los padres de su marido, a lo que ambos se negaron.

Su objetivo: preservar la intimidad de sus hijas

La relación de la Princesa con las fotografías es de amor odio. Muy poco accesible en algunas ocasiones, varias fuentes han señalado la discusión que mantuvo con la Reina Sofía a raíz de la publicación de unas imágenes de ella con Leonor y Sofía realizadas a la salida del circo. Según parece, la princesa advirtió a su suegra de que sus hijas sólo podían salir en los medios cuando ella, su padre o ambos estuvieran a su lado. En este sentido, y con la obsesión de salvaguardar la intimidad de sus hijas, Letizia ha pedido en varias ocasiones a los padres de los compañeros de colegio de sus hijas que les enseñe sus móviles para cerciorarse de que no tienen imágenes de Leonor y Sofía en varios cumpleaños o fiestas en el centro escolar.

Su lista de encontronazos no termina aquí. En Medina del Campo, en 2011, y mientras saludaban a la multitud que se agolpaba en las calles para verles, Letizia se dio media vuelta y espetó a su marido: “¡Si te paras con cualquiera, no vas a acabar nunca!”. Esta información, recogida por Jaime Peñafiel, fue una de las gotas que colmaron el vaso de la Princesa. Sólo unos meses más tarde, el periodista reveló a la revista Vanity Fair el encontronazo que tuvo con Letizia en un acto público. “Ella me vio y se vino para mí. Entonces me apunta con el dedo y me dice (pone voz autoritaria)"¡Mírame a los ojos! ¿Estoy triste? Lo has dicho tú". "Te voy a dar un consejo" (…) "Antes de hablar, llama a Zarzuela".Le contesté: "¿Pero qué me estás diciendo?". Y siguió indignada increpándome: "Además es que te metes con mi familia".

Doña Letizia no sólo desafía a la prensa, también a los diseñadores españoles. A pesar de que defiende la industria de la moda de nuestro país, varios son los diseñadores que se han quejado de que los vestidos que mandan les son devueltos a los pocos días. “Es imposible. En varias ocasiones hemos mandado a Zarzuela algún traje para ella y nos lo ha devuelto sin explicaciones”, comentó a Vanitatis un conocido diseñador. De hecho, la modista Ana Anmargo envió hace tiempo dos vestidos confeccionados exclusivamente para las infantas Leonor y Sofía y que les fueron devueltos. Sólo es fiel a un diseñador, Felipe Varela que incluso no sólo le sirve para lucir vestidos, también para esconderse de la prensaen su tienda del centro de Madrd, como hizo el pasado mes de abril.

Su talante controlador le ha llevado, incluso, a bajar a las cocinas del Palacio de Marivent para probar la textura del puré de sus hijas.

Hace una década que la princesa de Asturias mostró, por primera vez, ese carácter del que ha hecho gala en varias ocasiones. Fue el 6 de noviembre de 2003, en su pedida de mano. Sin separarse un solo segundo, la pareja llegaba al Patio de los Austrias del Palacio de El Pardo. Ella de blanco y con un Armani y él con un traje azul y corbata a juego.

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