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El príncipe Felipe ejerce de 'mediador' en el restaurante Vips
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'NEGOCIÓ' CON LOS PAPARAZZI

El príncipe Felipe ejerce de 'mediador' en el restaurante Vips

El plan era perfecto. Don Felipe y Doña Letizia habían quedado el pasado 29 de marzo con un grupo de amigos en uno de los restaurantes que la cadena Vips, propiedad de Plácido Arango, tiene en Madrid. Allí tomaron algo antes de acudir a la última sesión

Foto: El príncipe Felipe, en una fotografía de archivo. (Gtres)
El príncipe Felipe, en una fotografía de archivo. (Gtres)

La historia se repite. Un fin de semana más, los Príncipes de Asturias aprovecharon un hueco en sus agendas para acudir al cine y, como de costumbre, la pareja se encontró con algunos fotógrafos, que con su presencia incomodaron a un matrimonio que pretende disfrutar de su tiempo libre alejado de la presión mediática. Sin embargo, en esta ocasión, fue Don Felipe quien ejerció de mediador entre las partes para poder llegar a un entendimiento.

El plan era perfecto. Don Felipe y Doña Letizia habían quedado el pasado 29 de marzo con un grupo de amigos en uno de los restaurantes que la cadena Vips, propiedad de Plácido Arango, tiene en Madrid. Allí tomaron algo antes de acudir a la última sesión de la película Ocho apellidos vascos. A su llegada al local, varios fotógrafos intentaron captar la imagen del matrimonio. Bajo la excusa de que las personas con las que los príncipes se iban a encontrar eran anónimas, varios escoltas requirieron la documentación de los profesionales. Una vez identificados se les solicitó que borrasen las fotografías que habían tomado, lo que provocó el enfado de los reporteros gráficos.

A la salida del restaurante, la queja de Don Felipe no se hizo esperar, algo que sorprendió a los fotógrafos. Doña Letizia en esta ocasión decidió no intervenir y se mantuvo en un segundo plano.

La escena se repitió pocos minutos después a las puertas del cine. Algo cansado por la insistencia de los fotógrafos, y ante la tensión que comenzaba a generarse entre éstos y su equipo de seguridad, fue el propio Don Felipe quien se dirigió a los gráficos para advertirles que en el lugar en el que se encontraban no podían hacer fotografías. Uno de los paparazzi apeló a los derechos recogidos en la Constitución y explicó al heredero que se hallaban en un lugar público. Fue entonces cuando, para evitar una mayor confrontación, el Príncipe le preguntó cómo se llamaba y le tendió la mano para, de una manera amistosa, zanjar la discusión.

Tras la proyección, Don Felipe y Doña Letizia no pusieron impedimento en dejarse fotografiar por los profesionales que aguardaban a la salida de los cines. Las formas del heredero y su actitud dialogante con los reporteros permitieron en esta ocasión llegar a un acuerdo entre el matrimonio y los fotógrafos, cuyo trabajo será publicado en las revistas.

La historia se repite. Un fin de semana más, los Príncipes de Asturias aprovecharon un hueco en sus agendas para acudir al cine y, como de costumbre, la pareja se encontró con algunos fotógrafos, que con su presencia incomodaron a un matrimonio que pretende disfrutar de su tiempo libre alejado de la presión mediática. Sin embargo, en esta ocasión, fue Don Felipe quien ejerció de mediador entre las partes para poder llegar a un entendimiento.