La infanta Elena se queda sin 'paga' y... ¿sin agenda?

La institución ha pasado estos últimos años por momentos muy delicados con el ‘caso Nóos’ como punto de inflexión en esa caída de la popularidad de la ‘primera’ familia. Cada uno en mayor o menor medida se ha visto afectado por ese desapego aparente en las encuestas oficiales y privadas por parte de los ciudadanos. Incluso la reina tuvo su mal momento cuando posó con el duque imputado en Washington. Y tampoco se libró el príncipe. Aunque se ha mantenido al margen y se estableció un cortafuegos entre él, su hermana y su cuñado, los desencuentros afectivos y las ganas de libertad de la princesa también formaron parte de la información mediática.

La única que se ha salvado de la quema ha sido la infanta Elena, que en el caso de haberse derogado en su momento la Ley Sálica sería ahora la que habría recogido el testigo de la jefatura del Estado. Una vez que en Zarzuela se decidió que sólo existirá el “núcleo duro” (rey, reina y príncipes) y la duquesa de Palma dejaría de aparecer en actos públicos de la Corona, la primogénita se convirtió en una especie de comodín que lo mismo servía para acompañar a su hermana imputada al hospital donde se recuperaba el padre que para aparecer relegada el día de las Fuerzas Armadas en la tribuna de la sociedad civil.

Ha sido un nexo de unión en una familia donde cada uno iba por libre porque, como aseguran fuentes cercanas a Zarzuela, ha “sido la que ha tenido claro desde siempre el papel institucional que ocupaba. Nunca ha intentado imponer su primogenitura frente a su hermano”. Su vida privada tampoco se ha visto emborronada por escándalos ni afectivos ni económicos como si ha sucedido con la hermana.

¿Cuál será su papel?

La abdicación del rey la afecta quizá más de los que en un principio pueda parecer. El día que su hermano jure la jefatura del estado dejará de formar parte de la Familia Real para ser familia del Rey con lo que ese cambio conlleva. No tendrá que cumplir con determinadas obligaciones como ha hecho hasta ahora y tampoco recibirá una asignación oficial (25.000 de máximo hasta ahora) salvo la cantidad que le quiera facilitar Felipe VI como ha hecho don Juan Carlos con sus hermanas, las infantas Pilar y Margarita.

El organigrama Borbón ha cambiado y la vida de la infanta Elena y sus hijos también. El tiempo ha demostrado que ha sido la única que ha sabido mantenerse al margen de escándalos, polémicas y malas compañías que han perjudicado la imagen de la Corona. A partir de ahora Elena de Borbón será aún más invisible.