Felipe y Letizia, un mes después de convertirse en reyes

Un mes como soberanos. Es el tiempo que se ha cumplido este sábado de Felipe y Letizia como reyes. Despachos y discursos aparte, los nuevos monarcas han intentado distanciarse de la línea monárquica de don Juan Carlos y doña Sofía, que no han hecho ninguna aparición pública desde el 19 de junio. También han disfrutado de salidas al cine y de un intento de conservar la espontaneidad con la que actuaban siendo los príncipes de Asturias. Los nuevos Reyes han recibido el afecto de los ciudadanos, que les han prestado una buena acogida en aquellos actos a los que han acudido, tal y como han atestiguado muchas imágenes que han dado fe de esta cercanía, a través de saludos y expresiones populares de cariño.

Felipe VI dejó claro en su discurso de proclamación los principios de lo que pretendía que fuera la etapa histórica abierta tras la abdicación de su padre, al apostar por una Monarquía "renovada" para un "tiempo nuevo". El viernes 20 de junio, el nuevo Rey tuvo su primer despacho con Rajoy; sin esperar siquiera a la semana próxima, el sábado convocó a las asociaciones de víctimas del terrorismo a una reunión con la que mostró su respaldo y solidaridad hacia este colectivo, acompañado de la reina Letizia. También han recibido a representantes de las ONGs españolas y han hecho su primer viaje oficial al extranjero para reunirse con el Papa Francisco en el Vaticano. Después, también visitarían Portugal.

Intento de llevar una vida normal

En este tiempo, también han intentado compaginar su trabajo como soberanos con las aficiones que compartían siendo príncipes de Asturias. La semana pasada, por ejemplo, compartieron una cena en una de las pequeñas tabernas situadas en la plaza Tirso de Molina, que se encuentra cerca de las salas de cine Ideal, donde fueron a ver la película Dos vidas, dirigida por el alemán Georg Maas. Los reyes entraron a la sesión de las 22 horas y cuando las luces ya estaban apagadas, intentando pasar totalmente desapercibidos. No lo consiguieron, ya que los asistentes al pase se percataron enseguida de su presencia.

No fue la única ocasión en la que rompieron la rutina de los actos oficiales, ya que, unos días antes, la reina había llevado a sus hijas al cine del centro comercial Príncipe Pío para ver Campanilla, hadas y piratas. El Rey también ha intentado mantener los encuentros con sus amigos de siempre. La semana pasada, acudía a Chueca para cenar en el restaurante Bazaar y a la salida se producía un pequeño altercado entre los guardaespaldas del monarca y dos reporteros que trataban de fotografiarle.

Por ahora, parece que los ‘brotes’ republicanos que surgieron entre el anuncio de abdicación de don Juan Carlos y la proclamación de su hijo, han quedado reducidos al mínimo. Sólo el tiempo dirá si los nuevos monarcas siguen aprobando con buena nota.