La nueva residencia estival de Guillermo y Máxima levanta ampollas en Holanda

Guillermo y Máxima parecen no tener demasiado tino a la hora de comprar propiedades. Cada movimiento inmobiliario que realizan es examinado con lupa en Holanda y lo cierto es que de ese examen siempre se obtiene polémica. La última tiene que ver con la casa que compraron Grecia en 2012 y cuya adquisición enfadó a los holandeses desde el principio.

Por entonces fue su elevado precio lo que irritó al pueblo. La vivienda, una parcela ubicada en Kraindi, en el Peloponeso, con tres viviendas, playa, piscina y puerto privado, costó cuatro millones y medio de euros que en plena crisis cayeron como un jarro de agua fría. Pero si aquella remota cifra ya caldeó el ambiente, los nuevos datos que ha hecho públicos la cadena de televisión RTL 4, hacen prender aún más la llama. El Gobierno holandés ha desembolsado además 461.000 euros en concepto de derechos de propiedad para poder instalar una valla que rodee la nueva residencia de los reyes y que garantice su seguridad.

Pero por si esto fuera poco, la misma cadena añade que los 1.500 metros cuadrados que ocupa la vivienda y que por entonces costaron los famosos cuatro millones y medio de euros, hoy sólo valen 35.000. Todo un fiasco para los holandeses.

Al parecer, y siempre según RTL 4, la operación fue negociada por un abogado griego con una persona que representaba el Ministerio holandés de Justicia y cuyo titular, Ivo Opstelten, habría dicho que querían comprar esa residencia al precio que fuese, costara lo que costara. Un especial ahínco que incluso habría hecho llegar a vulnerar leyes griegas, según han afirmado otros medios.

La repercusión de las informaciones ha sido tal que el Gobierno se ha visto en la obligación de dar explicaciones ante los ciudadanos aunque ha preferido no dar demasiados detalles. Sólo han insistido en que “era necesario adquirir la zona en cuestión para preservar la seguridad de la Familia Real”.

Más problemas con sus residencias

La de Kraindi no es la primera de las residencias estivales de los reyes que causa tanto revuelo entre los holandeses. En 2009 adquirieron otro inmueble en la playa de Machangulo, en Mozambique, que desde el principio levantó asperezas. La lejanía del lugar, que se ubicara en uno de los países más pobres de África y los enormes gastos en seguridad que supondría, hicieron que el nuevo capricho de Guillermo y Máxima pasase a ser un problema. Todo esto unido a que se desveló que parte de la compra del inmueble se depositó en una inmobiliaria con sede en Jersey, una de las zonas conocidas por sus ventajas fiscales, hizo que a los reyes no les quedase más remedio que poner el cartel de “Se vende” en su capricho mozambiqueño.