Don Felipe cancela una comida en Galicia... pero se lleva el marisco en un tupper

La estancia de Don Felipe en tierras gallegas no finalizó el viernes con la presidencia del acto militar en la Escuela Naval de Marín. El soberano se quedó en Galicia hasta el sábado con la intención de asistir a la comida que concluía con los actos del 25 aniversario de su promoción, un convite que iba a celebrarse en la parroquia de Beluso. Sin embargo, Don Felipe tuvo que rechazar la invitación a última hora por motivos ‘propios a su cargo’.

El monarca, en una muestra de cercanía, no quiso dejar en la estacada a aquellos que se habían preocupado de organizar el encuentro y se dirigió hasta el restaurante ‘A centoilera’, donde iba a celebrarse la comida, antes de poner rumbo hacia Madrid. Tal como cuenta el Faro de Vigo, allí el monarca se excusó ante los dueños y tomó un café con los trabajadores. Ante las disculpas de Su Majestad, los propietarios del local lo obsequiaron con varias cajas de porexpán llenas de marico –percebes, nécoras, gambas y camarones– y, muy gustosamente, el Rey se las llevó consigo.

El Rey también quiso agradecer su trabajo a los propietarios y a la tripulación del ‘Crucero de Hío’, barco que iba a encargarse de llevarlo de Marín a Beluso junto a sus compañeros de promoción. El soberano comentó que era una pena tener que perderse el viaje ya que el día estaba estupendo para una travesía como la que iban a realizar sus ‘colegas’. "¡Pero habrá una próxima vez!", prometió Don Felipe.

Vanitatis se ha puesto en contacto con Zarzuela para saber qué urgencia de última hora impidió al monarca disfrutar de una mariscada en tierras gallegas. Sin embargo, desde Casa Real no se quiere proporcionar información acerca de este asunto ya que pertenece a la parcela privada del Rey. Tampoco quieren pronunciarse sobre la precipitada ‘espantá’ de la Reina, quien nada más finalizar el acto castrense puso rumbo a la capital.