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Don Juan Carlos sobre su hijo Felipe: “Veo muy bien al Rey”
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INAUGURA EL CASTILLO DE YGAY

Don Juan Carlos sobre su hijo Felipe: “Veo muy bien al Rey”

El Rey saliente está muy feliz con su nuevo papel de secundario, de hecho ha asegurado en un almuerzo con la prensa que hacía tiempo que no se sentía tan bien

Foto: Don Juan Carlos durante el acto (Efe)
Don Juan Carlos durante el acto (Efe)

Con puntualidad española –que no británica, porque pasaban 20 minutos de la hora prevista– Don Juan Carlos llegaba al complejo del Castillo de Ygay, donde se encuentran las bodegas Marqués de Murrieta propiedad de la familia Cebrián-Sagarriga. El Rey ‘saliente’ compareció ante los medios relajado y con un aspecto mucho más saludable que cuando estaba en primera línea. Además, ha mostrado ese sentido del humor y cercanía aparente que siempre ha formado parte de su historial laboral. Se acompañaba de un bastón y contestó a las preguntas que la prensa le hacía desde la lejanía. Ante la primera cuestión de ¿cómo se encuentra, majestad? Sonrió, se enderezó y, muy tieso, contestó: "Muy mal, ya me veis", para a continuación, ya en plan profesional, decir: "Muy bien. Ya no hago rehabilitación, sólo gimnasia", declaraba mientras se tocaba la tripa para escenificar sus ejercicios de mantenimiento.

Tan relajado se encontraba y con la tranquilidad que supone ser protagonista secundario que Juan Carlos I continuó respondiendo a las preguntas a pie de bodega:

- ¿Echa de menos a la prensa?

La verdad es que se está muy buen sin ustedes que siempre me están chinchando. Es broma les echo de menos porque me rio con ustedes.

- ¿Y su hijo? ¿Cómo le ve?

Al Rey le veo muy bien, muy contento. Y yo sigo ahí ayudando en lo que puedo y dando consejos…

- ¿Qué le gusta más, el Rioja o el Ribera?

Los vinos de España

Y aquí finalizó la rueda de prensa improvisada con un Don Juan Carlos feliz con este nuevo papel dentro del llamado núcleo duro. Después de esta charla improvisada, pero perfectamente asumida y aceptada, el Rey continuó con su visita acompañado del conde de Creixell, su familia y de autoridades de la zona con el presidente de la Rioja a la cabeza.

Tras la visita, los presentes pudieron disfrutar de un almuerzo de confraternización con un menú creado por Mariano, el cocinero de toda la vida de las bodegas, donde, como era de esperar los vinos fueron los grandes protagonistas. De primero, carabineros en su jugo, a continuación, suprema de merluza seguido de carne de buey a la brasa de cepas. Todo ello acompañado de un Castillo de Ygay Gran Reserva 1968 y un Marqués de Murrieta Reserva 1938, el año en que el ex jefe del Estado nació en Roma. Don Juan Carlos, que está viviendo su momento de tranquilidad institucional, comentó en el almuerzo que hacía tiempo que no se sentía tan bien. También aprovechó para echar un piropo a los anfitriones al señalar que era un orgullo que en España existieran este tipo de empresas que conservan edificios, que arriesgan su capital y que mantienen unida a la familia con un proyecto común como es esta bodega.

La idea de esta inauguración se gestó cuando aún Don Juan Carlos ostentaba la jefatura del Estado, en unos momentos convulsos donde la monarquía estaba bajo mínimos. Hace unos meses, los dueños de las bodegas Marqués de Murrieta cursaron invitación a la Casa Real para que los Reyes o los príncipes de Asturias presidieran el acto de reinauguración de las instalaciones que fundó el conde de Creixell. No hubo contestación en un primer momento. Después llegó la abdicación y más tarde ese momento en el que el Rey ‘saliente’ decidía dónde, cómo y con quién quería estar. Y se decantó por descubrir una placa conmemorativa en las bodegas Marqués de Murrieta junto a Chus Suárez-Llanos, la condesa viuda de Creixell, y sus hijos Vicente, actual conde de Creixell, Alexia, Silvia, Cristina, así como los yernos Jacobo Castellano y Pedro Sánchez Hornedo. Y por supuesto los niños pequeños, bisnietos de quien creó la bodega y transmitió a través de dos generaciones el oficio y sacrificio que supone invertir y levantar día a día Marqués de Murrieta.

Con puntualidad española –que no británica, porque pasaban 20 minutos de la hora prevista– Don Juan Carlos llegaba al complejo del Castillo de Ygay, donde se encuentran las bodegas Marqués de Murrieta propiedad de la familia Cebrián-Sagarriga. El Rey ‘saliente’ compareció ante los medios relajado y con un aspecto mucho más saludable que cuando estaba en primera línea. Además, ha mostrado ese sentido del humor y cercanía aparente que siempre ha formado parte de su historial laboral. Se acompañaba de un bastón y contestó a las preguntas que la prensa le hacía desde la lejanía. Ante la primera cuestión de ¿cómo se encuentra, majestad? Sonrió, se enderezó y, muy tieso, contestó: "Muy mal, ya me veis", para a continuación, ya en plan profesional, decir: "Muy bien. Ya no hago rehabilitación, sólo gimnasia", declaraba mientras se tocaba la tripa para escenificar sus ejercicios de mantenimiento.

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