Doña Sofía y los amigos de Don Juan Carlos, tras su polémica escultura

La Reina Sofía y muchos de los amigos de Don Juan Carlos forman parte del patronato del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) donde se exhibe la exposición La bestia y el soberano. Una muestra que ya nació con controversia al dimitir el director del museo, Bartomeu Marí, al no estar conforme con una de las obras expuestas. De hecho, intentó cancelar la muestra. Se trataba de la escultura firmada por la artista austriaca Ines Doujak y su colega John Barker donde aparece el Rey emérito a cuatro patas y sobre él una indígena boliviana que le está sodomizando mientras un lobo hace lo mismo con ella.

Hasta aquí la historia de una obra controvertida donde las opiniones sobre lo que es arte o no forman parte de cualquier veredicto público, como ha sido en este caso. Aseguran que si no se hubiera identificado al Rey emérito la repercusión habría sido mínima.

Lo llamativo del caso es que la presidencia y el patronato del museo lo conforman la propia Reina Sofía, que es la presidenta de honor, y amistades muy cercanas al propio monarca. Desde Javier de Godó, a quien Don Juan Carlos ‘coronó’ con un ducado; la baronesa de Güell o Placido Arango, hasta Isidre Fainé (presidente de CaixaBank), que dio trabajo a la infanta Cristina y la sigue manteniendo a pesar del código deontológico que impera en la empresa; Marian Puig, cuya familia fue la impulsora de la Copa del Rey de Vela, o José Maria Juncadella, con quien el Rey ha compartido reuniones lúdicas en Palma, igual que con Juan Ybarra en Sevilla. Ninguno de ellos supo de la controvertida escultura hasta que saltó la polémica.

De aquí la sorpresa al apreciar los nombres de los componentes de la corporación cultural, que han demostrado que su papel era exclusivamente testimonial. Hace unos años esta escultura se habría retirado antes de inaugurar la muestra al considerar que se atentaba contra el honor de la Jefatura del Estado. Hay que recordar que el fiscal de la Audiencia Nacional Enrique Molina actuó en el año 2007 contra los responsables de una caricatura muy similar a esta escultura que publicó la revista El Jueves por injurias al entonces Príncipe Felipe.