A vueltas con las vacaciones privadas de los Reyes

Cada año a mediados de agosto las tertulias televisivas, radiofónicas y columnas de opinión debaten sobre la misma cuestión: ¿Dónde están Don Felipe y Doña Letizia? ¿Deben los Reyes conservar su destino vacacional en secreto? Muchos coinciden en que la respuesta a la segunda pregunta es rotundamente no, pero desde Casa Real la consigna es otra: “No se da información sobre las cuestiones privadas de los Reyes”.

Sin embargo, ese desesperado intento por preservar la intimidad de los monarcas desde Zarzuela no siempre da sus frutos y en los últimos años, para desgracia de Doña Letizia, la principal abanderada del secretismo en su vida privada, han terminando trascendiendo tan misteriosos destinos. Este año la estrategia se repite y desde que se dio por finalizada la estancia oficial de Felipe VI, su esposa y sus hijas en Palma de Mallorca, las corrientes informativas sobre su nuevo enclave estival no han cesado.

La bomba estallaba el sábado 8 de agosto, solo dos días después de la que fue la segunda recepción de Doña Letizia como reina en la Almudaina. Con su agenda oficial ya finalizada y sin actos previstos en los próximos siete días, la esposa de Don Felipe y sus dos hijas volaban a Madrid para allí coger un vuelo rumbo a Estambul. Fueron los medios locales los que descubrieron a la consorte española y a las dos niñas en el aeropuerto de Ataturk y rápidamente las imágenes corrieron como la pólvora. Los tres miembros reales fueron divisados bajando las escaleras de un avión de la compañía Turkish Airlines y montándose en un coche de alta gama con los cristales tintados. Aunque la calidad de las imágenes no permiten ver con nitidez ni a Letizia ni a las dos niñas, el hecho de que nada más aterrizar su avión se izase una bandera española, tal y como marca el protocolo real, disipó cualquier duda.

Muchos dieron por hecho que el destino 'secreto' de los Reyes sería Turquía, pero solo bastaron unas horas para terminar desvelando que Estambul solo había sido una escala en su viaje. Doña Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, habían llegado a la capital turca alrededor de las once y media de la noche y solo unas horas después, sobre las seis de la tarde del domingo, volvían a volar a un destino diferente. Esta maniobra parecía a todas luces una estrategia de la esposa de don Felipe para despistar a los medios y que siguiese siendo una incógnita sus vacaciones privadas.

Vacaciones en el sur de Italia

Todo apuntaba a que Italia era el país elegido por la Reina para pasar sus días de asueto privado. Sin embargo, si en Turquía las imágenes difundidas por la agencia Dogan resultaban convincentes, que Doña Letizia y las niñas hubieran aterrizado en el país de la bota no tenía confirmación oficial, tal y como cabía esperar. Zarzuela no iba a pronunciarse siguiendo la doctrina marcada por Letizia, así que solo los testimonios de quien pudiese cruzarse con los miembros reales eran la única pista. Y voilà. Estos no tardaron en llegar y muchos periodistas desvelaron que la consorte y sus dos hijas estaban en el golfo de Tarento, al sur del país italiano.

Hasta el momento no había rastro del Rey, que tras la 'espantada' de su mujer y sus dos hijas permaneció en Palma al menos un día más. Las diversas informaciones que se han ido deslizando a lo largo de toda la semana ya sitúan al monarca en compañía de Letizia, Leonor y Sofía. Sin embargo, no hay ningún documento gráfico que así lo atestigüe. Solo las palabras de quien asegura haberse topado con ellos en una zona próxima a la playa de Torre Lapillo, en la costa de Salento.

Allí, los Borbón Ortiz podrían haberse reunido con la familia Rocasolano, con quien suelen veranear cuando terminan las vacaciones oficiales en Palma. Letizia querría aprovechar para pasar estos días con su hermana Telma, su cuñado, Jaime del Burgo, y su madre, Paloma Rocasolano.