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El Rey Juan Carlos ya no tiene hueco en TVE
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ES UN DOCUMENTAL DE LA TELEVISIÓN GALA

El Rey Juan Carlos ya no tiene hueco en TVE

El ente público ha decidido no traducir ni emitir un documental coproducido con la televisión francesa sobre la figura institucional del monarca, más allá de los episodios espinosos de su vida

Foto: El Rey Don Juan Carlos, antes y ahora, en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'
El Rey Don Juan Carlos, antes y ahora, en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'

Don Juan Carlos I no vende o no es rentable en términos de audiencia. Al menos eso es lo que se desprende de la decisión de TVE de no emitir un documental sobre el Rey emérito realizado por la cadena pública francesa, que centra su interés en su figura como jefe de Estado y pieza clave en la Transición. Una película que incluso se podría calificar de light ya que obvia los jugosos capítulos de sus últimos años de reinado, ensombrecidos por la aparición en escena de la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la imputación de su yerno, Iñaki Urdangarin, y de su hija menor, la infanta Cristina, entre otros muchos escándalos que sacudieron las pilares mismos de la institución monárquica.

Nos referimos a Yo, Juan Carlos I, rey de España, un trabajo grabado poco antes de su abdicación bajo la dirección del cineasta Miguel Courtois, responsable de otras producciones como Lobo, GAL u Operación E. El rodaje se realizó en nuestro país a finales del año 2013 y se extendió hasta el primer semestre del 2014, y contó incluso con una entrevista al propio monarca y su hijo, así como a distintos dirigentes políticos. En un principio, no solo se ganó el visto bueno de TVE, que por aquel entonces se encontraba bajo el mandato de Leopoldo González Echenique, sino que además incluyó el material gráfico de la propia cadena.

Sin embargo, tras caer la dirección del ente público en manos de José Antonio Sánchez, el proyecto de narrar la vida del monarca no parece tan atractivo como antes. Es por ello que se ha decidido no traducir el documental realizado por la televisión gala, como así se había establecido en el convenio de coproducción previo con la productora Cinétevé, cerrando las puertas a que la pieza sea emitida en nuestro país. No obstante, TF3, la cadena pública francesa, continúa viendo en este documental todo un filón y piensa emitirlo en una franja de máxima audiencia. Esta disparidad de opiniones ha crispado incluso al exjefe de Comunicación de Casa Real, Javier Ayuso, que ha tildado de “bochornosa” esta decisión que, según él, se trata de un veto: “Estoy aborchonado por las explicaciones que dan desde RTVE para justificar que no van a cumplir su parte del acuerdo y privar así a los españoles de ver una película que la TF3 emitirá en prime time en los próximos meses”, denuncia.

Se refiere a las declaraciones realizadas desde el ente público, que se excusa alegando que “es una pieza que no es oportuna” y que está “descontextualizada”, dado que “es un producto que no es actual y que trata de un rey que ya no es rey”. Vanitatis se ha puesto en contacto con TVE, desde donde han preferido no hacer más declaraciones al respecto. Su decisión de no emitir el material no viene respaldado por un interés de silenciar los capítulos más espinosos de la vida de Don Juan Carlos, como puede ser la muerte de su hermano, su matrimonio con Doña Sofía o sus rumoreados romances extraconyugales -temas de los que ya trató Telecinco con el biopic emitido el pasado año-, sino más bien por el hecho de que entienden innecesario valorar una vez más la figura del monarca, ahora que es su hijo quien se hacer cargo de la Jefatura del Estado. ¿Es que el Rey Don Juan Carlos ya no interesa? Y de ser así, ¿a quién no le interesa, a los ciudadanos o al propio ente público?

Don Juan Carlos I no vende o no es rentable en términos de audiencia. Al menos eso es lo que se desprende de la decisión de TVE de no emitir un documental sobre el Rey emérito realizado por la cadena pública francesa, que centra su interés en su figura como jefe de Estado y pieza clave en la Transición. Una película que incluso se podría calificar de light ya que obvia los jugosos capítulos de sus últimos años de reinado, ensombrecidos por la aparición en escena de la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la imputación de su yerno, Iñaki Urdangarin, y de su hija menor, la infanta Cristina, entre otros muchos escándalos que sacudieron las pilares mismos de la institución monárquica.

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