El príncipe Harry, salpicado por un caso de tráfico de cocaína en Canarias

Una vez más, los amigos del príncipe Harry vuelven a colocarle en la palestra por situaciones que dañan la imagen pública de la corona británica. Su círculo más íntimo no parece el más recomendable, no sólo por haberle traicionado en más de una ocasión filtrando imágenes polémicas de sus noches locas, sino que en esta ocasión relacionan al hijo del príncipe Carlos con un caso de contrabando de cocaína.

A pesar de que el joven 'royal' no tiene nada que ver con la historia, su proximidad con Fidelo Cavalli, un magnate libanés muy popular por sus fiestas en alta mar, le han situado en el ojo del huracán. El 'socialite' afincado en California ha sido acusado por la justicia estadounidense de contrabando de un alijo de cocaína de 1,5 toneladas, cuando supuestamente trasladó esta mercancía en 2012 en un avión desde Venezuela al Líbano para surtir de coca a los paramilitares chiíes de Hezbolá, tal y como ha publicado el diario 'The Times'.

La mercancía viajaba camuflada en sacos de supuesta ayuda humanitaria. El ingente alijo tenía previsto hacer escala en el golfo de Guinea, concretamente en un aeropuerto abandonado situado en Benín. Sin embargo, la tripulación cambió de planes en el último momento sin atender las órdenes de sus jefes y decidió llevar el avión hasta Canarias, donde casualmente les esperaba la policía con los brazos abiertos. Obviamente la tripulación ayudó a que las autoridades interceptasen este alijo de cocaína, valorado en 95 millones de euros, motivo por el cual los narcotraficantes les han amenazado de muerte, por lo que han necesitado nuevas identidades para permanecer ocultos.

La relación de amistad del príncipe Harry con el principal implicado en la trama se inició tras la mediación de otro magnate, en este caso de Dubái, Mohamed al-Habtoor, con el que se le ha visto en varias ocasiones compartiendo pasión por el polo. Este trío de ases ha compartido en numerosas ocasiones salidas lúdicas en yates de lujo por el Golfo y también fiestas en las que no faltan nombres propios como Paris Hilton o Djokovic. Ahora se espera que el nieto de la reina Isabel II decida poner tierra de por medio con su amigo, para evitar que sus trapos sucios no le salpiquen demasiado y desgasten más si cabe su imagen pública, la cual se debate entre escándalos varios y acciones solidarias.