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Así fueron las celebraciones privadas de los cumpleaños de la Reina Sofía y Leonor
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Así fueron las celebraciones privadas de los cumpleaños de la Reina Sofía y Leonor

Este año, el cumpleaños de la Reina emérita fue minimalista y el de la princesa 'low cost'. Te contamos los detalles de ambos eventos

Foto: La Reina Sofía besa a su nieta Leonor, en una imagen de archivo (Gtres)
La Reina Sofía besa a su nieta Leonor, en una imagen de archivo (Gtres)

Durante años, los cumpleaños de los miembros de la Familia Real se celebraban en la Zarzuela. Habitualmente participaba el núcleo directo, la princesa Irene, hermana de Doña Sofía, quien vivía y vive aún en palacio, y, dependiendo del protagonismo del homenajeado, algunos colaterales como las infantas Pilar y Margarita. Cuando ya se fueron haciendo mayores, el entonces príncipe y las infantas sustituyeron los cumpleaños familiares por encuentros en los que reunían a los amigos del colegio en lo que se denominaban 'fiestas de juventud'. Al contrario que ahora, la prensa acreditada acudía a estos actos privados. Pasó el tiempo y la costumbre se mantuvo. El único que no solía aparecer por estas celebraciones era el Rey Don Juan Carlos, al que siempre le han gustado poco las reuniones de ese tipo.

Aún se recuerda la fiesta sorpresa que la infanta Cristina le organizó a Iñaki Urdangarin con motivo de su 40º cumpleaños en el palacete de Pedralbes y a la que acudió la Familia Real al completo. Todo cambió tras el estallido del caso Noós, las imputaciones y la evidencia pública de que los Reyes eméritos iban cada uno por su lado. Como ya no había que fingir ser una familia feliz, tampoco era necesario reunirse para soplar las velas de nadie. Cada miembro de la familia ha organizado las celebraciones como ha querido o, mejor dicho, como ha podido, porque entre ellos tampoco se hablan. Al menos así lo transmiten y demuestran.

Este año, el cumpleaños de la Reina Sofía, que fue el lunes pasado, y el de la princesa Leonor, que fue el sábado, contaron con festejos discretos. Fue minimalista el primero y de los llamados 'low cost' el segundo. Los dos se celebraron en el recinto de la Zarzuela, pero por separado. La infanta Elena, que es el verdadero nexo de unión de la familia, porque se lleva bien con todos y, además, no tiene pasado oscuro ni presente complicado, acudió a casa de su madre con su hija Victoria.

Froilán, quien está estudiando en el extranjero, seguramente llamaría a su abuela más tarde por el cambio de horario. Sofía también recibió las felicitaciones de su hija Cristina y de sus cuatro nietos Urdangarin desde Suiza. Juan, Pablo, Miguel e Irene adoran a su abuela paterna, pues es a la única que ven. Y es que el abuelo real está ya en otras cosas y lo que hace es viajar como si fuera el protagonista del programa 'Españoles por el mundo'. El día del cumpleaños de su mujer se encontraba en México.

La princesa de Asturias tampoco lo celebró a lo grande y eso que los 10 años sí son una fecha redonda al cambiar de uno a dos dígitos. A la 'casa de Asturias' (así la denominaban los amigos pijos de Felipe) acudieron un grupo de compañeros de clase que compartieron merienda y tarta con ella y con su hermana, la infanta Sofía. A diferencia de otras veces, no estuvieron las primas Carla y Amanda, hijas de la fallecida Érika y de Telma respectivamente. Tampoco la bisabuela Menchu ni Paloma Rocasolano, que suele quedarse con las niñas cuando los padres viajan. Dos cumpleaños de perfil más que bajo.

Durante años, los cumpleaños de los miembros de la Familia Real se celebraban en la Zarzuela. Habitualmente participaba el núcleo directo, la princesa Irene, hermana de Doña Sofía, quien vivía y vive aún en palacio, y, dependiendo del protagonismo del homenajeado, algunos colaterales como las infantas Pilar y Margarita. Cuando ya se fueron haciendo mayores, el entonces príncipe y las infantas sustituyeron los cumpleaños familiares por encuentros en los que reunían a los amigos del colegio en lo que se denominaban 'fiestas de juventud'. Al contrario que ahora, la prensa acreditada acudía a estos actos privados. Pasó el tiempo y la costumbre se mantuvo. El único que no solía aparecer por estas celebraciones era el Rey Don Juan Carlos, al que siempre le han gustado poco las reuniones de ese tipo.

Aún se recuerda la fiesta sorpresa que la infanta Cristina le organizó a Iñaki Urdangarin con motivo de su 40º cumpleaños en el palacete de Pedralbes y a la que acudió la Familia Real al completo. Todo cambió tras el estallido del caso Noós, las imputaciones y la evidencia pública de que los Reyes eméritos iban cada uno por su lado. Como ya no había que fingir ser una familia feliz, tampoco era necesario reunirse para soplar las velas de nadie. Cada miembro de la familia ha organizado las celebraciones como ha querido o, mejor dicho, como ha podido, porque entre ellos tampoco se hablan. Al menos así lo transmiten y demuestran.

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