Un viaje a Australia, un desplante a Isabel II y un bebé a bordo: las Navidades de los 'royals'

Ya queda poco para que llegue laNavidad y, como el resto de los mortales, los miembros de la realeza ya están cuadrando sus agendas para esas fechas. Viajes, comidas familiares, actividades al aire libre, servicios religiosos, conciertos... Los 'royals' disfrutarán de una gran variedad de actividades, ya que muchos de ellos se pasarán casi dos semanas sin trabajar. A partir del lunes 21 de diciembre, las agendas de la mayoría de reyes, reinas, príncipes y princesas de Europa estarán vacías y no volverán a tener un acto oficial hasta pasado el día de Reyes. Este es el caso de Don Felipe y Doña Letizia, quienes, como cada año, desaparecerán esos días junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía para celebrar las fiestas en la más estricta intimidad. A lo mejor los vemos en algún espectáculo navideño o en el circo, pero es muy posible que elijan algún lugar paradisiaco con la intención de pasar desapercibidos y que la prensa no les pille.

Al contrario que la casa real española, que nunca habla de actividades privadas de los miembros de la familia, la Corona danesa ya ha hecho públicos los planes de Federico y Mary. Los herederos se desplazarán hasta Australia, país de origen de la princesa, para pasar unos días junto a su familia. Esta será la tercera ocasión en la que los príncipes Christian e Isabella visiten el país de su madre mientras que será la segunda para el príncipe Vincent y la princesa Josephine. Tras las celebraciones de Navidad, la pareja heredera regresará a Dinamarca, pues el 1 de enero acudirán al banquete anual de Año Nuevo. Mientras Federico, Mary y sus hijos disfrutan de las cálidas temperaturas de Australia, la reina Margarita y el príncipe Enrique se quedarán en el país junto al príncipe Joaquín y la princesa Marie, y celebrarán la Navidad en el castillo de Marselisborg.

Otros que ya tienen sus planes de Navidad más que claros son los duques de Cambridge. Tal como ocurrió hace ya casi doce meses, el príncipe Guillermo y Kate acudirán a un servicio religioso junto al resto de la familia real en la iglesia de Sandringham, pero tras la ceremonia se irán a almorzar con los Middleton. Esta decisión, que fue tomada por la propia duquesa en 2014, no sentó demasiado bien a los británicos. Este año, la idea tampoco ha acabado de convencer, ya que muchos aseguran que se trata de un gran desplante a la reina Isabel II. Desde Kensington Palace no se leha querido dar mayor importancia y ya han comunicado que “los duques de Cambridge están en su pleno derecho de decidir qué hacer en Navidad y todos los miembros de la familia están de acuerdo con esa decisión".