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Una infanta triste, sin maquillaje y ojerosa: lo que dicen sus gestos y su indumentaria
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SU 'viacrucis' judicial

Una infanta triste, sin maquillaje y ojerosa: lo que dicen sus gestos y su indumentaria

En Vanitatis analizamos con la ayuda de dos expertos la actitud de la hermana y el cuñado de Felipe VI. Y también su vestuario y el aspecto que presentaban en el primer día de juicio

El 'vía crucis' judicial de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina acaba de empezar. Este lunes, el matrimonio se sentaba en el banquillo de los acusados de la Escuela Balear de la Administración Pública en la que se decidirá si son culpables de varios delitos del caso Nóos. La primera jornada de este juicio se ha desarrollado con normalidad y los protagonistas han querido ofrecer a los medios, y también al juez, una imagen de abatimiento y desolación. Así lo aseguran Cristian Salomoni, criminalista y profesor del máster de comportamiento no verbal y detección de mentiras de la Fundación Behavior and Law, y Ana Iriberri, experta en asesoría de imagen, quienes han contado a Vanitatis todas las claves de este primer día de la hermana y el cuñado de Felipe VI en los juzgados.

La infanta Cristina, una mujer derrumbada

Aunque iba acompañada por su marido y otros miembros relacionados con el caso Nóos como Diego Torres o Jaume Matas, la auténtica protagonista de la jornada ha sido la infanta Cristina. Esta era la segunda vez que la hermana de Felipe VI comparecía ante la justicia y su actitud ha sido totalmente opuesta en las dos ocasiones. Mientras que el 8 de febrero de 2014, la exduquesa de Palma hizo el paseíllo hacia los juzgados de Palma de Mallorca para declarar ante el juez Castro con paso firme y una sonrisa, ahora ha tenido un comportamiento completamente distinto.

Así lo asegura Cristian Salomoni: "Hace casi dos años, vimos a la infanta en una situación similar. La vimos con una sonrisa sincera para dar una imagen de serenidad y despreocupación. Se comportaba como si fuera un día cualquiera". El experto en comunicación no verbal ve una metamorfosis de actitud en la hija de los Reyes eméritos: "En las últimas imágenes algo ha cambiado. Ya no es la infanta Cristina de siempre. Encontramos a la infanta sinceramente desmejorada (psicológicamente), más agotada, derrumbada y con la mirada perdida. Durante el juicio la vemos con una tristeza contenida".

En lo que se refiere a su aspecto físico y a su estilismo, también los profesionales en la materia ven grandes diferencias entre su primera comparecencia y la segunda. "La imagen que ofrece la infanta Cristina nada tiene que ver con la imagen que habitualmente estábamos acostumbrados a ver de ella", explica Ana Iriberri, experta en asesoría de imagen. La hermana de Felipe VI presenta una apariencia muy desmejorada que, según Iriberri, puede formar parte de una estrategia para mostrar a los españoles lo dura que está siendo esta situación. "Por un lado, y como es lógico, cabe destacar que el momento a nivel personal que está pasando la infanta no es el mejor y eso, lógicamente, pasa factura, pero por otro lado puede tratarse también de "una estrategia" para hacer notar y transmitir al gran público ese mal trago que el proceso conlleva", explica Ana.

Para potenciar o simplemente mostrar ese desmejorado aspecto la infanta acudió al juzgado a cara lavada. "Llama la atención la ausencia total de maquillaje, percibiéndose en un gran número de fotos las imperfecciones de la piel, resaltando las ojeras, y un rostro que denota claramente fatiga o agotamiento", asegura Ana Iriberri, quien también se fija en su melena: "El peinado algo descuidado (aunque el color lo lleva hecho) provoca que veamos a una infanta mucho más mayor de la imagen que proyectaba no hace tanto tiempo". En cuanto a su vestuario, la exduquesa ha apostado por un estilismo de lo más discreto, con la intención de no llamar demasiado la atención: "Su ropa es oscura y con una ausencia prácticamente total de color ya que incluso el pañuelo es oscuro, realmente podría aparentar que acude luciendo luto".

Iñaki Urdangarin, más firme que su esposa

Por su parte, Iñaki Urdangarin también ha modificado, aunque en menor medida que su esposa, la actitud que viene presentando desde que en febrero de 2013 tuvo que rendir cuentas por primera vez ante la Justicia. "La comunicación no verbal del yerno de los Reyes eméritos siempre ofrecía una imagen de culpa y vergüenza. Había momentos en los que Iñaki miraba al suelo como resignado o miraba al cielo como buscando ayuda", asegura Salomoni, quien cree que en el pasado existía una gran diferencia entre el comportamiento que tenía Urdangarin y el de su mujer, algo más chulesco.

placeholder Urdangarin durante el juicio (EFE)
Urdangarin durante el juicio (EFE)

Sin embargo, en esta ocasión las cosas han sido distintas, pues mientras hemos visto a una infanta Cristina mucho más hundida e indefensa, Urdangarin se ha mostrado algo más firme, consciente quizás de que su esposa le necesita más que nunca y que debe ser el pilar. "En estas últimas imágenes del juicio vemos cómo el cuñado de Felipe VI intenta dignificar su imagen con la mirada hacia arriba o al frente, con una postura firme casi como si estuviera en una marcha militar", asegura el experto en comunicación no verbal consultado.

Algo que también ha llamado mucho la atención de la actitud de Iñaki y de su esposa es lo distantes que han estado en su entrada a la Escuela Balear de la Administración Pública, pues apenas se han mirado y han andado algunos pasos separados. También durante el juicio han estado sentados separados, aunque eso ya se debe a cuestiones propiamente judiciales. Mientras la infanta era la primera empezando por la izquierda, su marido, el segundo por la derecha. "Una variable muy interesante es la distancia entre los dos. Es una distancia que los expertos clasificamos como social, que denota también una cierta distancia psicológica entre los dos", asegura Salomoni. Esta distancia podría ser otra estrategia para que no se les juzgue como un 'pack', sino independientemente.

En lo que se refiere a su vestuario, Iñaki Urdangarin se ha decantado por un traje en azul marino que ha combinado con camisa azul y corbata de rayas también en tonos azulados. Cuando en noviembre de 2011 estalló el caso Nóos a Iñaki Urdangarin le cambió la vida para siempre. Su aspecto se volvió otro con su nueva situación judicial y el Urdangarin atlético, fibroso, radiante y atractivo dio paso a uno más delgado, demacrado y ojeroso. Ahora, casi tres años después, el exduque de Palma sigue teniendo ese físico abatido que, seguramente, no dejará atrás hasta que termine este viaje judicial.

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El 'vía crucis' judicial de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina acaba de empezar. Este lunes, el matrimonio se sentaba en el banquillo de los acusados de la Escuela Balear de la Administración Pública en la que se decidirá si son culpables de varios delitos del caso Nóos. La primera jornada de este juicio se ha desarrollado con normalidad y los protagonistas han querido ofrecer a los medios, y también al juez, una imagen de abatimiento y desolación. Así lo aseguran Cristian Salomoni, criminalista y profesor del máster de comportamiento no verbal y detección de mentiras de la Fundación Behavior and Law, y Ana Iriberri, experta en asesoría de imagen, quienes han contado a Vanitatis todas las claves de este primer día de la hermana y el cuñado de Felipe VI en los juzgados.

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