El príncipe Haakon y Marius Borg liman asperezas y retoman una cordial relación

La princesa Mette-Marit ya puede respirar tranquila. Las diferenciasfamiliares parece que se van arreglando poco a poco. Hace unos meses, trascendió la información de que su primogénitoy su esposo no mantenían una muy buena relación. Las continuas ausencias de Marius Borg en los eventos reales desataron la polémica alrededor de Europa. Sin embargo, parece que las cosas han cambiado entre ellos y queahora los dos hombresde Mette-Marithan conseguido limar asperezas. Así pudo verse este jueves durante los festejos del 25 aniversario de reinado del rey Harald, que se celebró a principios de año.

Durante uno de los actos, pudo verse a Marius Borg y Haakon conversando. Estaescena hacía mucho que no se repetía, pues en todos los eventos en los que coincidían, apenas se miraban a la cara. La situación era tan límite que incluso Mette-Marit se vio obligada a intervenir. Según cuentan medios del país, los tres tuvieron una conversación muy seria en la que el príncipe y el joven lograron arreglar esas pequeñas diferencias que los alejaban. Ahora, aunque no tienen la misma relación que antaño, se llevan bien y eso llena de felicidad a la princesa, pues "no le gustaba nada la situación que tenía en casa".

Se desconoce si existe (o existía) algún motivo para quela relación entre Marius y Haakonse enfrió, aunque algunos medios apuntaban al cambio de carácter de Marius."Ahora que es mayor y entiende la situación, sabe que no tiene ningún deber real y si acude a los actos, es porque su madre se lo pide", aseguraba el diario 'Se og hor' hace unos meses.

Un distanciamiento evidente

Desde hacíavarios meses, se podía entrever que la estrecha y cercana relación que teníanHaakon y Marius Borgya no lo era tanto. De tener cientos deimágenes de ellos jugando juntos,conversando o bromeando,pasamos a no tener ni una fotografía en la que se mirasen. Su relación eramás fría que nunca.Esto se pudo comprobaren el posado de Navidad, en el que elprimogénito de Mette-Marit tenía en todo momento cara de pocos amigos, ytambiénenlas celebraciones delos 25 años de reinado del rey Haralden enero de este mismo año. Durante la primera jornada de festejos, una cena de gala en su residencia de Skaugum,Marius no se presentóa pesar de encontrarse allí, pues fuevistodisfrutando junto a unos amigos de la pista de nieve artificial montada en la plaza de palacio.

Marius síasistió a los actos del día 17, aunquesu actitud fue un tanto distante. Es cierto que durante el servicio religioso por la muerte del rey Olaf V, padre de Harald, se le vio sonriéndole con cariño a su madre, pero no hubo ni una mirada para su padrastro. Algo similar ocurrió durante la celebración de una yincana deportiva. Marius no dudó enacercarse a su progenitora y darle un fuerte abrazo.En cambio, no medió palabra con el príncipe Haakon. Tampoco quiso subirse al balcón del Palacio Real de Oslo para saludar como sí hicieron los reyes, los herederos y sus hijos, y la princesa Marta Luisa y su familia.

Otra de sus grandes ausencias fue en la Fiesta Nacional de Noruega.Como cada año, los miembros de la familia real se vistieron con los trajes típicos y se echaron a las calles de Oslo para conmemorar esta fecha tan importante para los noruegos.Aunque desde la casa real se le quisoquitar importancia al asunto asegurando queMarius "tenía otros planesy no tenía la obligación de estar presente pues no forma parte de la familia real", lo cierto es que su 'baja' llamó mucho la atención a los medios

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