Una cena con sushi para la infanta Elena y García Revenga

Ni el divorcio en su día, ni ahora el hecho de no pertenecer al núcleo duro de la Familia Real ha cambiado los hábitos de vida de la infanta Elena. La hija de Don Juan Carlos mantiene su horario laboral en Mapfre, se toma unas vacaciones en agosto que reparte entre Palma y el campo de su amiga Rita Allendesalazar y disfruta de la noche de Madrid con sus amistades de siempre. Unas del mundo hípico, que nunca la han traicionado, y otras como la de Carlos García Revenga y sus hijas, que forman parte de su entono intimo y quizá del más familiar; más que el suyo propio.

Doña Elena acudió el viernes a 'Sushita' un restaurante de menú japonés en la calle Miguel Ángel que suele frecuentar desde que se inauguró. Lo hizo con el que fuera su secretario, García Revenga, y con cuatro personas más. Esta vez no la acompañaban sus hijos, Victoria y Froilán, que ya hace su vida y ese fin de semana le tocaba estar con Jaime de Marichalar. La infanta y sus amigos llegaron a las nueve de la noche y permanecieron en el local hasta cerca de las doce. Como suele ocurrir en este tipo de restaurantes asiáticos, todos ellos compartieron especialidades de la casa como los maki roll de seta shitake con salmón y piñones, atún, aguacate, pez mantequilla, noodles de pato con verduras y salsa de cacahuete y especias y pollo de corral al curry con leche de coco. A la infanta le acompañaba un discretísimo servicio de seguridad que no llamó en ningún momento la atención. La hija del Rey Don Juan Carlos tampoco tuvo que hacerse selfies porque el resto de clientes estaban también a lo suyo.

Preparación de las vacaciones

La infanta Elena prepara estos días unas vacaciones que serán muy cortas para su hijo Froilán, ya que a mediados de agosto volverá a su colegio de Estados Unidos. A diferencia de cumpleaños anteriores, la mayoría de edad del nieto preferido de don Juan Carlos sirvió para que los abuelos y Jaime de Marichalar compartiesen un almuerzo familiar en Zarzuela. Una situación que no se daba desde el divorcio de los padres y tampoco entre los reyes eméritos, que desde Navidad no se habían sentado juntos alrededor de una mesa. La primogénita mantiene una excelente relación con su padre y en numerosas ocasiones se les ha visto compartir tardes taurinas y almuerzos en los restaurantes preferidos del ex jefe del Estado.

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Paloma Barrientos

La infanta Elena mantiene un perfil bajo desde que salió del organigrama real e institucional por decisión de Felipe VI, que de esta manera hacía menos visible la ausencia de la hermana imputada y su marido Urdangarin en los actos protocolarios. A ella le tocó pagar el pato de las tropelías familiares cuando en realidad era, junto con la reina Sofía, la que mantenía mejor imagen. La vida de la primogénita Borbón y Grecia es mucho menos ostentosa que las de sus hermanos y nunca se la ha visto en resorts de lujo o invitada por millonarios y magnates internacionales, como en el caso de la infanta Cristina. El Rey Felipe también tuvo esos coqueteos mientras fue príncipe pero ahora parece que la austeridad es la que marca su vida. Al menos, ya no hay estancias visibles en el Algarve con invitación del empresario vasco Manuel de Quevedo Pereira Coutinho o cruceros privados por las islas griegas o la costa Amalfitana. La única que se permite ciertos lujos es la ex duquesa de Palma.

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