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De Felipe V a la infanta Sofía: así han sido las primeras comuniones de los Borbón
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De Felipe V a la infanta Sofía: así han sido las primeras comuniones de los Borbón

El acto social de la primera comunión lo introdujo en España el rey Felipe V, el fundador de la Casa de Borbón

Foto: La infanta Sofía en una imagen de archivo. (CP)
La infanta Sofía en una imagen de archivo. (CP)

Ni era motivo de fiesta social ni el más celebrado de los sacramentos. Durante 19 siglos, tomar por primera vez el cuerpo de Cristo suponía un paso más para los bautizados en la Iglesia Católica, de gran relevancia —por la trascendencia del sacramento—, aunque sin manifestaciones festivas, sin condicionantes por la edad y sin otras celebraciones que la propia vivencia íntima.

De hecho, era muy frecuente que una persona, niño o adulto recibiese prácticamente al mismo tiempo los sacramentos del bautismo, la confirmación y la comunión. No en el caso de los bautizados, siendo bebés, pero sí el de quienes se bautizaban siendo niños, adolescentes, jóvenes o adultos.

Y en las pocas ocasiones en las que la ceremonia de la primera comunión iba acompañada de un acto social, generalmente familiar, este se celebraba más bien temprano, en torno a un desayuno especial, dado que el ayuno se extendía durante las doce horas previas. Y lo que se celebraba realmente, más que la primera comunión, era el sacramento de la confirmación. La norma cambió en 1957, cuando el ayuno previo se redujo a tres horas; y en 1964, año en el que se fijó en una hora, como en la actualidad.

El primer Borbón ‘importó’ el acto social

Como consecuencia de la expansión del protestantismo y del jansenismo en Europa, la Iglesia impulsó el reconocimiento público y la adoración popular a la Eucaristía. Y fue en Francia donde comienza a celebrarse la primera comunión con un cierto relieve social.

En el palacio de Versalles, los niños vestían por primera vez los atuendos de los mayores el día de su primera comunión. Los varones se enfundaban en el hábito de la Orden del Espíritu Santo para recibir la confirmación y, después, el sagrado sacramento de la comunión, como fue el caso del duque de Anjou (1683-1746), que posteriormente se convirtió en el rey Felipe V de España, el primer Borbón.

Esa misma costumbre se trasladó a España y de esa manera recibieron los sacramentos (confirmación y comunión) los sucesores en el trono de Felipe V: Luis I, Fernando VI, Carlos III y Fernando VII, todos ellos con el hábito de la Orden Capetiana del Espíritu Santo y con la imposición del Collar de la Orden del Toisón de Oro que habían recibido al ser bautizados.

Alfonso XII viaja de incógnito de París a Roma

No hay datos sobre cuándo y cómo tomó la primera comunión Isabel II, reina desde antes de cumplir los tres años, que se sentó en el trono de España a los 13 años y tuvo que exiliarse a París antes de cumplir los 38, al proclamarse La Gloriosa, la revolución septembrina de 1868. Es precisamente con ese motivo y en esos años cuando se produce el hecho más singular de cuantos han vivido los herederos de la casa española de Borbón, en cuanto a las circunstancias en que celebraron su primera comunión.

El príncipe Alfonso (1857-1885), luego Alfonso XII, tenía 12 años cuando su madre (en el exilio, en París) es alertada sobre el riesgo de que la Santa Sede respalde las aspiraciones de los carlistas en España. Y siendo consciente del peligro que ello podría suponer para la salvaguardia de sus derechos dinásticos, pide al papa Pío IX que sea él quien dé personalmente la primera comunión a su hijo Alfonso, príncipe de Asturias.

El Papa pierde los Estados Pontificios y Amadeo I viaja a España

La ceremonia se celebraría en El Vaticano, a principios de 1870, aunque de manera muy reservada, para evitar problemas de carácter diplomático. España vivía el segundo año del conocido como Sexenio Revolucionario, a la búsqueda de un rey. Y el duque de Aosta, Amadeo de Saboya, era uno de los candidatos (en noviembre de 1870 fue reclamado por las Cortes para ser coronado como Amadeo I de España).

El joven Alfonso, príncipe de Asturias, viajó a Roma con el nombre de marqués de Covadonga, fue recibido por Pío Nono y recibió la primera comunión en El Vaticano. A finales de ese mismo año abdicó Isabel II. Y a principios de 1875 (con 17 años recién cumplidos) el heredero se trasladó a Madrid como rey Alfonso XII.

Su hijo Alfonso XIII también utilizaría después en alguna ocasión el título de marqués de Covadonga, aunque fue Alfonso de Borbón y Battenberg quien se convirtió en el conde (no marqués) de Covadonga, en 1933, tras renunciar a sus derechos dinásticos.

Por cierto, el papa Pío IX fue el último soberano de los Estados Pontificios. Perdió dicha condición el 8 de marzo de 1870, pocas semanas después de la celebración de la primera comunión del príncipe Alfonso.

Alfonso XIII, acompañado del Consejo de Ministros

Muy distinto fue el ambiente en el que celebró su primera comunión Alfonso XIII (1886-1941). La ceremonia tuvo lugar en la Capilla del Palacio Real, a las 8,30 h del 23 de junio de 1898, escasas fechas antes de la derrota de la escuadra española en la bahía de La Habana (3 de julio de 1898).

¡Como era el rey —desde el mismo día en que nació—, a su primera comunión asistió todo el Consejo de Ministros, excepto el presidente (Sagasta), que justificó su ausencia precisamente por las tensiones bélicas en Cuba. De acuerdo con el protocolo, todos los ministros acudieron con levita; y buena parte de ellos, además, con la banda de la Orden de Nuestra Señora. Alfonso XIII lució el uniforme de la Academia de Infantería y su Toisón de Oro.

Un cuarto de siglo más tarde, el 22 de junio de 1923, celebraron su primera comunión los infantes don Juan y don Gonzalo de Borbón y Battenberg, también en el Palacio Real, durante una ceremonia solemne, aunque ciertamente más familiar.

La noticia de la comunión de Don Juan Carlos viajó de Lisboa a Madrid

Muy distintas fueron las circunstancias en las que celebró su primera comunión Don Juan Carlos, el 5 de enero de 1947, fecha en la que cumplió 9 años. Don Juanito, como se le llamaba cariñosamente, que había regresado poco antes de su primer internado en Friburgo (Suiza), disfrutaba por primera vez del ambiente familiar, aunque en el exilio de Estoril. Tomó la primera comunión en la capilla privada del cardenal de Lisboa, el patriarca Gonçalves Cerejeira, arropado por su familia y con la asistencia de un invitado de honor, el rey Humberto II de Saboya. La noticia de este acontecimiento se publicó en España el día 7 de enero, difundida por El Vaticano, pero fechada en Londres (citando fuentes de Radio Londres).

En la intimidad de la Zarzuela

En realidad, la tradición de acontecimiento íntimo y familiar se inicia con la celebración de la primera comunión de las infantas Elena y Cristina (en 1972 y 1973, respectivamente), con ceremonias prácticamente privadas en la capilla de la Zarzuela, en la festividad de San Fernando (30 de mayo). Y tuvo este carácter prácticamente privado por decisión, sobre todo, de Doña Sofía, que quiso mantener el criterio de su madre, la reina Federica, de educar a sus hijos junto a las o los jóvenes de su edad, en un colegio del entorno, sin especiales distinciones por su condición.

Así transcurrió, también, la jornada del 30 de mayo de 1975, en la que Don Felipe de Borbón y Grecia tomó la primera comunión, vestido con pantalón corto y camisa, todo de blanco, al igual que los zapatos y los calcetines. A la ceremonia, celebrada en la pequeña capilla por el padre dominico Juan Manuel Aguilar, asistieron sus padres, sus hermanas, su abuela paterna, sus tíos y primos, así como el personal de la Zarzuela y los profesores de su colegio, Santa María de los Rosales.

placeholder La primera comunión de la infanta Elena.
La primera comunión de la infanta Elena.

Este centro docente, fundado en 1952, que acogió en esos años y hasta su trágica muerte (1956) al infante don Alfonso —hermano pequeño de Don Juan Carlos—, es al que acuden actualmente las hijas del Rey Felipe VI y de Doña Letizia. Es un colegio de inspiración cristiana, en el que el Rey ostenta la presidencia de honor de la Fundación Paideia (titular de la propiedad), donde está previsto preparar al alumnado para la primera comunión (4º de Primaria) y para la confirmación (1º de Bachillerato), si bien contemplan igualmente opciones alternativas para aquellos cuyos padres no deseen que sus hijos reciban estos sacramentos.

Al igual que la princesa Leonor, y siguiendo la costumbre de estos años, su hermana Sofía ha recibido la catequesis en el propio colegio y celebra su primera comunión junto a sus compañeras y compañeros de curso, vestidos con el uniforme de los Rosales, en la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora de Aravaca.


Fermín J. UrbiolaFermín J. Urbiola

Periodista y escritor

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Ni era motivo de fiesta social ni el más celebrado de los sacramentos. Durante 19 siglos, tomar por primera vez el cuerpo de Cristo suponía un paso más para los bautizados en la Iglesia Católica, de gran relevancia —por la trascendencia del sacramento—, aunque sin manifestaciones festivas, sin condicionantes por la edad y sin otras celebraciones que la propia vivencia íntima.

Comunión Infanta Sofía Rey Felipe VI Rey Don Juan Carlos