El difícil papel de Letizia como madre: "Pensar en educar a una reina mujer es un reto precioso"

"Existe entre las hijas y su madre una complicidad real y sincera en la que no se dan factores de imposición o coactivos. Letizia ha hecho de la educación de sus hijas su objetivo principal y prefiere que en esa misión no medien, al menos por el momento, terceras personas". Esta frase, que tiene como protagonistas a la Reina, la princesa de Asturias y la infanta Sofía, la encontramos en el libro de José Antonio Zarzalejos, 'Felipe VI. Un rey en la adversidad' (Planeta), la primera gran obra de referencia del actual monarca, en la que el periodista también trata, cómo no, la educación de la heredera y su hermana.

"Letizia consigue de sus hijas los comportamientos a los que aspira de ellas mediante la persuasión y la implicación personal en su vida, sean estudios, amistades, tiempo de ocio o aprendizajes. Es exigente, pero extremadamente cariñosa con ellas y afable con sus amigas y compañeras. La reina consorte trata de dosificar la conciencia de gravedad de su destino a la princesa de Asturias, con la creación de un ambiente de hogar que la construya emocionalmente para que el recuerdo de su infancia y adolescencia le resulte gratificante en el duro porvenir que le espera", continúa Zarzalejos.

Con motivo del Día de la Madre, hemos querido conocer de varias personalidades cómo es la relación maternofilial de la Reina con sus hijas. Desde políticos a psicólogos, cinco rostros conocidos nos han dado su opinión acerca de cómo es esa faceta de Letizia como madre, más allá de su papel como consorte del Rey y su labor institucional. Y parece que todos coinciden: no es fácil estar en el lugar de doña Letizia.

Así lo cree Cristina Cifuentes. La que fuera presidenta de la Comunidad de Madrid compartió numerosos actos con madre e hijas, y ha proporcionado a Vanitatis un reflejo de lo que vivió: "Yo creo que Letizia, al margen de su labor como reina, ofrece una imagen de madre comprometida. De madre muy involucrada en la educación de sus hijas. Algo especialmente importante por la responsabilidad añadida que supone educar a una futura reina. Sin duda, doña Letizia es una madre estricta, en el sentido de imponer una férrea disciplina a sus hijas, pero al tiempo también se percibe claramente que es una madre muy cariñosa, constantemente pendiente de las niñas. A mi juicio, combina perfectamente las dos facetas: la de madre educadora y madre amorosa"

Rocío Ramos-Paul, reconocida psicóloga infantil, quien coincidió en una ocasión con la Reina y esta le preguntó sobre lo adecuado de premiar con chuches a sus hijas, nos da su opinión: "Hay que destacar la dificultad para ser madre hoy en día, por muchos motivos. Y en el caso de la reina Letizia aumenta. Si ya se nos cuestiona constantemente como madres, imagínate cuando tienes el foco permanente de todo lo que haces como madre. En el imaginario colectivo hay una idea de que, con sus hijas, es rígida. Pero hay que aclarar que, aunque todas las madres tenemos nuestro estilo, no es el que rige nuestra vida. Es decir, una madre puede ser hoy rígida y mañana laxa, y no pasa nada. Sí creo –y esto sí que es más una opinión personal– que tiene una cierta dificultad en darle normalidad a la vida de sus dos hijas, puesto que son quienes son. Y eso, como madre, le tiene que afectar de alguna manera. Cómo van al cine sin que nadie las vea, cómo cogen un metro, cuando ella misma lo ha hecho. Creo que tiene cierta dificultad en darles una vida que ella misma ha conocido. E imagino que, como todas las madres, quiere trasladar cosas de su vida. Y en su caso, lo tiene más complicado".

"Sus desvelos serán más por el futuro que por el presente"

Por su parte, Javier Urra, doctor en Psicología, doctor en Ciencias de la Salud y anterior defensor del Menor, asegura: “Creo que doña Letizia tiene un papel esperanzador que parte de una reina, doña Sofía, que se ha caracterizado por el trabajo, la actualidad, la cultura y por el saber estar. Se encuentra en un momento que es complejo, por temas familiares como el del rey don Juan Carlos, por temas como el de Urdangarin, que dañan a la monarquía, y por ciudadanos y, primordialmente, políticos que solicitan la república. Desde ahí, y siendo una mujer que se ha movido en la sociedad y que sabe bien lo que son los medios de comunicación, tengo la impresión de que ha aprendido rápido qué supone pertenecer a la Casa Real, qué supone ser la mujer del Rey, un hombre muy preparado que gusta. Creo que ha asumido el papel para estar donde tiene que estar, con las nuevas tecnologías, con retos como el cambio climático, con el arte, con la ciencia. Y, sobre todo, para preparar a sus hijas y específicamente a la que será la reina. Lo que le va a exigir –austeridad, calidez, rigor, fluidez, proximidad, conocimiento– es todo un reto el que tiene por delante. La veo capaz y sus desvelos serán más por el futuro que por el presente. Pensar en educar a una reina mujer, a una reina de España, una reina que hable varios idiomas, es un reto precioso. Así veo yo a doña Letizia".

"No es cierto que estén aisladas"

Además de lo ya mencionado, Zarzalejos hace una reflexión: "Los reyes han innovado de manera radical, creando una sana y sincera relación entre los padres y las hijas. No quieren que se repita la desestructuración de los Borbón Grecia y los desafectos entre sus miembros. La reina es muy selectiva también con los miembros de su familia, sean Ortiz, sean Rocasolano, que se relacionan con sus hijas, aunque fomenta que el segundo círculo familiar de los suyos –en particular de su madre y algunos de los primos de sus hijas– esté presente en la relación afectiva que precisen Leonor y Sofía".

Aunque de la educación académica conocemos muchos detalles, poco se sabe de cómo es su otra educación, algo de lo que trata el periodista: "No es cierto tampoco que estén aisladas. Por el contrario, la reina se ocupa personalmente de que ambas hagan planes con amigas del colegio o de otros círculos, que salgan de la Zarzuela a espectáculos, a hacer compras, a ver exposiciones aunque lo hagan de incógnito y alertadas de discreción de forma permanente, contando con la colaboración de las propias amigas de sus hijas y de sus padres. [...] En grupo, la princesa y la infanta son dos más y se comportan con una total naturalidad".