Marcia en el registro, Marcheline Bertrand para los cinéfilos y 'nube de golosina' para su hija Angelina Jolie

Desde su juventud, Angelina Jolie vivió marcada por el asombroso parecido con su madre, Marcia Lynne Bertrand, también actriz de profesión. “Son como dos gotas de agua”, era el comentario que marcó su infancia y esto no sólo no le molestó, sino que le llenó de orgullo. Pero también de un cierto grado de preocupación, ya que su parecido no era tan sólo físico y parte de la herencia genética de su madre le predisponía a padecer cáncer de mama en un 87% de probabilidad. Ante el riesgo, Angelina decidió tomar cartas en el asunto y someterse a un complicado proceso conocido como mastectomía preventiva y así reducir el citado porcentaje a un 5%, como ha dado a conocer a través de un artículo titulado Mi elección médica en el diario The New York Times.

 

El miedo de Angelina Jolie era que la historia se repitiese. Un voraz cáncer le arrebató a su madre a los 56 años de edad en 2007 después de cerca de una década de lucha. Ella no quería ese duro destino para sus hijos, que no han tenido la oportunidad de conocer a su abuela a quien llaman “la mamá de mamá”. Una mujer “cariñosa, la más maravillosa de todas y un fantástico modelo de conducta para mí”, en palabras de la esposa de Brad Pitt, que asegura que su “amor por los niños, mis valores, mis preocupaciones por lo que sucede en el mundo, todo viene de ella”.

 

 

La relación de Angelina Jolie con su padre, el actor Jon Voight, siempre dejó mucho que desear. El divorcio de sus progenitores en 1978 –siete años después de contraer matrimonio-, cuando ella tenía tan sólo tres años y su hermano James cinco, afectó mucho a los pequeños. Este varapalo unió más si cabe a la actriz con su madre, a quien ella llamaba cariñosamente Marshmallow (nube de golosina), haciendo un juego de palabras con su nombre artístico Marcheline Bertrand. Más tarde, una declaración pública de Voight afirmando que su hija jamás sería buena madre “porque llevaba una vida muy descontrolada” supuso el punto y final a su desgastada relación paternofilial.

 

Pero el golpe más duro que recibieron Angelina y James por parte de su padre fue su negativa a asistir al entierro de su madre que, tras cerca de siete años de lucha, sucumbió al cáncer de ovario. Una carta de condolencias firmada por su progenitor sustituía su presencia en los momentos más duros. Hecho que la interprete se prometió no perdonar, aunque recientemente ha acercado posiciones con él.

 

Tres años después de su muerte, y una vez superado el dolor pero con el recuerdo vivo del hueco dejado por su madre en sus vidas, los hermanos se unieron para rendirle un homenaje a través de un emotivo vídeo. A lo largo de los dos minutos que dura el clip, se puede ver la estrecha relación de Marcheline con su hija, a quien le da clases del típico baile hawaiano con una paradisiaca playa como fondo y con la canción Somewhere Over The Rainbow. Imágenes del archivo familiar, que despiertan un profundo sentimiento de añoranza. El mismo que trata de evitar Angelina a sus siete vástagos y a su marido con su paso por el quirófano, que tuvo lugar el pasado 2 de febrero: “Brad estuvo en cada minuto de la operación. Se las ingenió para encontrar cualquier momento para reírnos juntos. Sabíamos que estábamos haciendo lo correcto para que nuestra familia se mantuviera unida. Y así fue. La vida termina con muchos desafíos. Los que no nos deben asustar son los que podemos asumir y controlar”, sentencia la actriz en su citado artículo en The New York Times.