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La tangerina que conquistó a James Bond pero no al juez del 'caso Goldfinger'
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el juez investiga a la esposa del actor

La tangerina que conquistó a James Bond pero no al juez del 'caso Goldfinger'

Sean Connery ha quedado exonerado de culpa en la trama de corrupción en Marbella, pero no así a su esposa, que continúa como imputada en el caso

Foto: Sean Connery junto a su mujer Micheline Roquebrune, en una imagen de archivo (I.C.)
Sean Connery junto a su mujer Micheline Roquebrune, en una imagen de archivo (I.C.)

Sean Connery ha quedado exonerado de culpa en el 'caso Goldfinger', pero no así Micheline Roquebrune, su esposa, la mujer que le sedujo en un torneo de golf en Tánger hace más de 40 años y de la que no se ha vuelto a separar desde entonces. El juez del caso ha sobreseído la imputación del galán de cine por las presuntas irregularidades cometidas en su casa de Marbella, bautizada como “Malibú”. Las supuestas “prebendas urbanísticas” y “coqueteos pecuniarios” ya están archivados. El magistrado del Juzgado número 1 de la ciudad, tras valorar las declaraciones del matrimonio, considera que Micheline Roquebrune, la esposa del actor, ha podido incurrir en tres delitos en el 'caso Goldfinger’. En el auto judicial de 45 páginas, redactado por el juez instructor tras valorar la declaración jurada remitida por Connery y su mujer desde las islas Bahamas, donde residen, se significa que "no cabe pensar que la referida M.J.A.C. ignoraba la ilegalidad de cuanto se estaba haciendo”. En la declaración jurada, Connery aseguró que traspasó a su mujer a mediados de los ochenta la sociedad 'Malibú', que es la mercantil investigada en uno de los casos mas mediáticos en los últimos tiempos.

La pintora del velo de seda

Connery quedó hechizado por la belleza de Micheline cuando aún estaba casado con la actriz Diane Cilento, con la que tuvo a su hijo, el también actor Jason Connery. Corría el año 1973 y el intérprete escocés, siempre enamorado del golf, acudió a un torneo celebrado en Tánger. Y allí estaba ella, una tentadora artista de la sociedad tangerina que le ganó al golf y también en los juegos del corazón. Desde que el actor la vio ya nada fue igual. Se separó de Diane y se casó con Micheline. Sean Connery se instaló en 1975 en Marbella junto a la mujer del velo de seda. Edificaron su nido de amor en su ‘Casa Malibú’, la que hoy tantos quebraderos de cabeza les está dando.

placeholder Imagen de la urbanización Malibú en Marbella (I.C.)
Imagen de la urbanización Malibú en Marbella (I.C.)

Allí pasaron muy buenos momentos, incluso adoptaron varias mascotas en la asociación de animales abandonados Triple A, dieron fiestas vistosísimas con sus amigos los Salamini y hasta celebraron alguna exposición de los cuadros que caprichosamente delineaba la coqueta Micheline. Hasta que un día Sean decidió que el periplo en la ciudad de la Costa del Sol se había terminado. En 1998 puso a la venta 'Casa Malibú' por 1.375 millones de pesetas, precio que luego rebajó hasta los 875 millones. Quería irse a toda costa. En aquel momento adujo que le habían colocado un enorme edificio frente su puerta. Gil, el que fuera su amigo de cameos peligrosos, estaba construyendo un rascacielos al lado de su casa que minaba su privacidad. Así que se marchó de Marbella. 

"La estrella parecía ella"  

placeholder Imagen de Connery en la película 'Goldfinger' en 1964

Desde que el célebre actor conoció a su segunda esposa en 1973, nunca se han separado. Los que coincidieron con ellos en las fiestas de aquella época de explendor en Marbella no apostaban “ni un duro” por el matrimonio. “Ella era muy dominante, cambió el carácter de Sean en poco tiempo. Micheline siempre estaba de mal humor y no era muy agradable en el entorno en el que nos movíamos. Parecía que la estrella era ella y no su marido”, comenta una famosa galerista de Marbella a este portal. Pero lo cierto es que el intérprete de James Bond bebía los vientos por la tangerina. El carácter dulce de actriz australiana Diane Cilento, su primera esposa, nada tenia que ver con el de la pintora y "tal vez esa robustez es lo que le conquistó”, aseguran. El matrimonio no tiene hijos en común. Y ella se erigió desde el principio como la “perfecta cuidadora”. Hace unos meses Michael Caine, uno de los amigos más cercanos de Sean Connery, contaba en una entrevista que su amigo 007, que ya tiene 83 años, estaba perdiendo el control de sus sentidos. Su esposa Micheline Roquebrune enseguida lo desmintió y habló “de que Caine había sido malinterpretado”.

'Goldfinger'

Sean Connery ha quedado exonerado de culpa en el 'caso Goldfinger', pero no así Micheline Roquebrune, su esposa, la mujer que le sedujo en un torneo de golf en Tánger hace más de 40 años y de la que no se ha vuelto a separar desde entonces. El juez del caso ha sobreseído la imputación del galán de cine por las presuntas irregularidades cometidas en su casa de Marbella, bautizada como “Malibú”. Las supuestas “prebendas urbanísticas” y “coqueteos pecuniarios” ya están archivados. El magistrado del Juzgado número 1 de la ciudad, tras valorar las declaraciones del matrimonio, considera que Micheline Roquebrune, la esposa del actor, ha podido incurrir en tres delitos en el 'caso Goldfinger’. En el auto judicial de 45 páginas, redactado por el juez instructor tras valorar la declaración jurada remitida por Connery y su mujer desde las islas Bahamas, donde residen, se significa que "no cabe pensar que la referida M.J.A.C. ignoraba la ilegalidad de cuanto se estaba haciendo”. En la declaración jurada, Connery aseguró que traspasó a su mujer a mediados de los ochenta la sociedad 'Malibú', que es la mercantil investigada en uno de los casos mas mediáticos en los últimos tiempos.

Marbella James Bond Julián Muñoz
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