Polémica portada de 'Vanity Fair México' con Melania Trump en plena 'crisis del muro'

Tras firmar el decreto para aprobar la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, hay un meme que se ha convertido en el favorito de los mexicanos: Donald Trump firmando el decreto para construir la Estrella de la Muerte. La relación entre ambos países pasa por su momento más tirante, tanto que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, decidió en el último momento cancelar su viaje a Washington DC para reunirse con el nuevo presidente.

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Jose Madrid

Ha querido el destino que la edición mexicana de la revista 'Vanity Fair' del mes de febrero se ponga a la venta esta semana. La peor semana posible. En su portada se ve a una mujer madura, bella, de melena castaña que cae deliberadamente descuidada sobre su hombro derecho. Con un vestido blanco e impresionante diamante en el anular izquierdo, Melania Trump sonríe a la cámara mientras enrolla un collar con un tenedor como si fuese un espagueti. "La nueva Jackie Kennedy", rezan unas letras rojas. ¿Titular de la entrevista? "Rechazo el bótox y las inyecciones, creo que son perjudiciales para la cara y los nervios. Todo es mío".

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Ver a la primera dama de Estados Unidos en la revista mexicana, la misma que defendió algunas ideas de su marido durante la campaña como, por ejemplo, exigir que Barack Obama enseñase su certificado de nacimiento para demostrar que es estadounidense, ha sentado como un jarro de agua fría en el país azteca. Desde cantantes a escritores, pasando por el común de los mexicanos, han puesto el grito en el cielo por lo que han considerado un atrevimiento de 'Vanity Fair'.

Las críticas han sido tantas que la revista se ha defendido en su cuenta oficial de Twitter asegurando que "no es una historia de adulación" y animando a los críticos a leer un adelanto de la entrevista.

Lo que cuenta Melania

"Nadie me controla. Viajo con mi marido cuando sé que puedo ir y sé que no pasa nada si mi hijo se queda unos días solo con la servidumbre". Así explica la primera dama cómo funciona su pequeña familia, esa que sufrió un terremoto cuando Donald Trump decidió presentarse a las elecciones. "Cuando tratamos el tema, yo le dije que tenía que estar convencido, saber que quería hacerlo, porque te cambia la vida", asegura a la revista.

Quienes la conocen relatan a 'Vanity Fair' que "en su interior hay paz", que es rica pero no está cómoda en el papel de famosa y que se retira pronto de las fiestas. "Sería una primera dama clásica, como Jackie Kennedy -cuenta el estilista Phillip Bloch-. No se sale de su papel, si le preguntan, da su opinión. Si no, no se inmiscuye".

Es precisamente ese laissez faire lo que más le gusta a su marido. "Trabajo mucho, desde muy temprano hasta muy tarde. No quiero llegar a casa y esforzarme para mantener una relación", confesó el empresario en una entrevista de 2005, quien añadió que Melania "nunca se ha aprovechado de la situación, cosa que muchas mujeres habrían hecho". La 'situación' es el hecho de que él es multimillonario y ella también, claro, pero por matrimonio. Cuando se conocieron en 1998, ella era una modelo recién llegada de Eslovenia que no quería ser una mujer más en la vida de Trump. "Me negué a darle el teléfono y le pedí que me lo diese él. Quería ver cuáles eran sus intenciones. Dice mucho de un hombre qué número te da. Me los pasó todos".

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