Un juez embarga el Rolls Royce de 300.000 euros de Luis Miguel por sus deudas
El cantante perdió en 2014 un juicio contra su representante por incumplimiento de contrato y fue condenado a pagar un millón de dólares. Pero no lo ha hecho aún y la justicia ha decidido quitarle su joya de la corona automovilística
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No son tiempos especialmente buenos para Luis Miguel. Problemas de salud, aumento de peso, líos familiares, guerras profesionales contra otros cantantes y ahora el embargo de sus bienes por parte de la Hacienda de Estados Unidos. El cantante tiene la negra. El mes pasado hablábamos de la decisión de su compañero, el cantante Alejandro Fernández, de demandarle por incumplimiento de contrato con relación a la gira conjunta que planeaban por Latinoamérica. Ahora, un juez ha puesto en jaque su patrimonio por el mismo motivo, eso sí, respecto a una trifulca que tuvo con su exrepresentante, William Brockhaus, que le demandó en 2014 también por incumplimiento de contrato. ¿Qué le está sucediendo?
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En un primer momento, el representante solicitaba judicialmente una indemnización de 2,1 millones de dólares al considerar que las ausencias de su cliente le provocaron grandes pérdidas económicas. Sin embargo, el juez, a pesar de darle la razón en este asunto, decidió rebajar la multa a algo menos de un millón de dólares. Eso sí, aún no ha cobrado ni un céntimo de ese montante, al menos según se desprende de la decisión de la Corte de Los Ángeles, California, de embargar uno de los coches más emblemáticos de su parking privado.
Se trata de un Rolls Royce sacado de fábrica en 2013 con un valor de mercado de 300.000 euros, que se destinarían ahora a cubrir parte de la deuda que mantiene con el hombre que le ayudaba a encaminar su carrera musical. Por el momento, no se ha producido la 'recuperación' del vehículo por parte de las autoridades judiciales, pero le han ofrecido la posibilidad de entregar por sí mismo el bólido como medio de pago y sin mayores problemas, dado que si se niega, el cantante podría tener que ser arrestado. Una imagen que trataría de evitar para salvar su futuro profesional.
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No son tiempos especialmente buenos para Luis Miguel. Problemas de salud, aumento de peso, líos familiares, guerras profesionales contra otros cantantes y ahora el embargo de sus bienes por parte de la Hacienda de Estados Unidos. El cantante tiene la negra. El mes pasado hablábamos de la decisión de su compañero, el cantante Alejandro Fernández, de demandarle por incumplimiento de contrato con relación a la gira conjunta que planeaban por Latinoamérica. Ahora, un juez ha puesto en jaque su patrimonio por el mismo motivo, eso sí, respecto a una trifulca que tuvo con su exrepresentante, William Brockhaus, que le demandó en 2014 también por incumplimiento de contrato. ¿Qué le está sucediendo?
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