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La motivadora historia de Golden-Bhojwani, la modelo que comenzó a vivir tras engordar
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ESTABA ESQUELÉTICA Y NO ERA FELIZ

La motivadora historia de Golden-Bhojwani, la modelo que comenzó a vivir tras engordar

La maniquí comía tan solo 500 calorías al día y aún así no estaba conforme con su peso. Dejó de desfilar, engordó un poco y ahora es una mujer distinta: más feliz, más estable, más mujer

Foto: Liza Golden-Bhojwani en una imagen de su perfil de Instagram.
Liza Golden-Bhojwani en una imagen de su perfil de Instagram.

La vida de una modelo no es sencilla. Todo el que piense en una maniquí de éxito se imagina las fiestas repletas de glamour, las alfombras rojas, el éxito personal que supone tener dinero a mansalva y también la satisfacción de saber que uno mismo es capaz de generar beneficios por 'tu cara bonita'; sin embargo, esta moneda tiene otra cara que no es tan apetecible. Vivir en constante dieta y midiendo las calorías al dedillo, largos viajes por todo el mundo sin tener tiempo ni para visitar los monumentos más emblemáticos y, de paso, no poder disfrutar del tiempo libre con tu familia o amigos por tener que continuar pendiente de su estresante ritmo de vida.

Estas dos caras de la moneda las ha disfrutado Liza Golden-Bhojwani, que vivía en constante régimen para lucir escuálida en las pasarelas. Comía tan solo 500 calorías al día, lo que le permitía presumir de huesos bajo la piel. Un ritmo de vida que pronto terminó por pasarle factura, cuando un desmayo la hizo concienciarse de que esta existencia no debía durar más, por lo que tomó la decisión de bajarse de las pasarelas y convertirse en una mujer normal, con curvas, pero feliz. Realmente feliz, ya que las calorías pasaron a ser un mero dato que ella ni consulta y los kilos de más una prueba de que la belleza no entiende de peso.

Dejé de luchar contra mi cuerpo”, comenta la modelo en una imagen compartida en su perfil de Instagram y que está cosechando un gran éxito viral al sorprender a propios y extraños por su impresionante transformación física. En ella muestra cómo estaba antes de dejar su profesión y cómo luce su cuerpo en la actualidad, más voluminoso, pero que le ha alegrado el rostro: “En la foto de la izquierda estoy yo al comienzo de la cumbre de mi carrera. Era mi primera Semana de la Moda y estaba en el peso en el que tenía que estar para ello. Pero, tras desmayarme un día en mi apartamento mientras preparaba mi comida baja en calorías (20 piezas de edamame hervido), decidí parar con la dieta y el entrenamiento y mantener el peso por mi cuenta”, escribe la modelo, que también cuenta cómo siguió con su carrera con un cuerpo alejado de la anorexia que le exigían y cómo la insultaban durante los desfiles por estar 'gorda'.

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La vida de una modelo no es sencilla. Todo el que piense en una maniquí de éxito se imagina las fiestas repletas de glamour, las alfombras rojas, el éxito personal que supone tener dinero a mansalva y también la satisfacción de saber que uno mismo es capaz de generar beneficios por 'tu cara bonita'; sin embargo, esta moneda tiene otra cara que no es tan apetecible. Vivir en constante dieta y midiendo las calorías al dedillo, largos viajes por todo el mundo sin tener tiempo ni para visitar los monumentos más emblemáticos y, de paso, no poder disfrutar del tiempo libre con tu familia o amigos por tener que continuar pendiente de su estresante ritmo de vida.

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