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El cambio radical de Mercedes Milá: de moderadora seria a presentadora desvergonzada
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El cambio radical de Mercedes Milá: de moderadora seria a presentadora desvergonzada

Mercedes Milá siempre se ha mostrado como una mujer con carácter, desvergonzada, sin pelos en la lengua. Sin embargo, algunas salidas de tono de la catalana durante

Mercedes Milá siempre se ha mostrado como una mujer con carácter, desvergonzada, sin pelos en la lengua. Sin embargo, algunas salidas de tono de la catalana durante las últimas semanas han terminado por evidenciar que ya no queda nada de aquella profesional que moderaba debates o entrevistaba a las personalidades más importantes de la política, el deporte o la cultura.

Futura condesa de Montseny, Milá ha pasado de presentar programas como Buenas noches, De jueves a jueves, El martes que vieneQueremos saber y ser noticia por entrevistar a Juan Guerra o Paco Umbral, a copar titulares por hacer un calvo en directo en Gran Hermano, por afirmar que hace sus necesidades en el mar o provocar a la compentencia perdiendo las formas. "Esta noche es la guerra a muerte contra la cadena esa que dicen que son familiares y blancos. Me descojono. ¡Me pone enferma!", decía el pasado lunes en Sálvame horas antes de que su reality se enfrentara sin éxito a El Número Uno a pesar de las estrategias de Mediaset para derribarlo.

No fue su única declaración del día que provocó comentarios en las redes sociales. Más tarde, durante la gala de Gran Hermano, la presentadora se convertía en firme defensora de Sara Carbonero después de que la mítica corresponsal de TVE Rosa María Calaf dijera de ésta que le hace un flaco favor a la mujer y al periodismo. "Mando un beso enorme a Sara Carbonero e Íker Casillas. Sara, eres una grandísima periodista, diga lo que diga la persona que lo ha dicho. Me entiendes lo que te he dicho, ¿no?".

No obstante, a pesar de que este cambio radical ha recibido numerosas críticas, muchos creen que esta faceta más desvergonzada le ha beneficiado. De hecho, público y crítica coinciden en que gran parte del éxito de Gran Hermano radica en el show que realiza en cada gala del reality. "Pienso que Mercedes es parte importante del éxito. En ningún país se han alcanzado doce más una ediciones. Es más que evidente que el carisma de Mercedes arrastra a los espectadores. Muchos queremos ver a esta mujer en vivo haciendo su show", confesaba hace unos meses a Vanitatis el presentador de La Noria, Jordi González.

Una máxima que Milá no comparte, a pesar de que semana tras semana se empeña en ser más showman que moderadora, robando el protagonismo en muchos casos a los propios concursantes. "Me escandalizo cuando escucho eso de que soy una de las responsables. Es ridículo. Si yo creyera eso, ¡iba a pedir tanta pasta! Yo sirvo la mesa con muchas ganas, pero solo la sirvo. Es una comida cocinada por una gente fantástica".

Una comida cocinada por una gente fantástica que, no obstante, superaba el 20% de share y congregaba a casi tres millones de espectadores el pasado jueves gracias, en gran parte, al calvo de la Milá. 

Mercedes Milá siempre se ha mostrado como una mujer con carácter, desvergonzada, sin pelos en la lengua. Sin embargo, algunas salidas de tono de la catalana durante las últimas semanas han terminado por evidenciar que ya no queda nada de aquella profesional que moderaba debates o entrevistaba a las personalidades más importantes de la política, el deporte o la cultura.

Mercedes Milá