La década prodigiosa de Ana Rosa Quintana, la reina de las mañanas

Existe otra Ana Rosa diferente a la que vemos cada mañana en televisión. Esa Ana Rosa se deja llevar por los acontecimientos -a pesar de que se define como “muy responsable”- yda gracias cada mañana por llevar diez años liderando las mañanas televisivas y trabajando en lo que le gusta. Esa Ana Rosa también se toma algo con su equipo al finalizar el trabajo y siempre que el tiempo se lo permite. Además, no deja escapar un solo detalle de lo que acontece en un plató por el que han pasado varios presidentes del Gobierno y en el que se han vivido todo tipo de historias: negras, rosas y de todos los colores. Tanto es así que, cuando Vanitatis acude a entrevistarla a Mediaset, ella misma se ‘arremanga’ y, sin que se le arrugue su impecable vestido rojo, se pone a mover una mesa donde la vamos a fotografiar. Cuando se le comenta que sólo a Katharine Hepburn se le ocurría mover parte del set en el que era una estrella, ella nos dice, entre risas: “Bueno, la silla la he puesto en su sitio. ¡Es que estaba retirada!”. Ana Rosa Quintana, alias AR, asegura creer más en el trabajo que en el estrellato.

Diez años han pasado desde que María Teresa Campos se fuese de Telecinco y llegase esta periodista que, con el apoyo de Paolo Vasile y tras el interludio de una Carolina Ferre que hizo grandes audiencias, empezó a hacerse cargo de El programa de AR. “Lo de los diez años líderes ha sido como el anuncio aquel: de tacita en tacita. Estás un año, terminas, viene el siguiente… Luego renuevas contrato y como el programa va bien, todo va bien. Yo me siento muy querida por Paolo Vasile, con una relación amistosa que traspasa lo profesional. Tengo un equipo que me encanta y me lo paso muy bien”, asegura.

En un país en el que la envidia es el deporte nacional, ¿ha tenido que pedir perdón Ana Rosa por ese liderazgo? ¿Se ha tenido que exculpar por trabajar en una cadena que siempre está en el punto de mira? “Pregúntale a Almodóvar… No pasa solamente en esta profesión. Son gajes del oficio. Yo tampoco me voy a quejar. Mis compañeros periodistas se han portado bien conmigo en general. Y si escriben algo negativo, como no lo leo, no me creo mal rollo”, dice con una sonrisa en la boca.

Ese éxito es un hecho, ya que Ana Rosa ha llegado a figurar en la lista de las mujeres mejor pagadas de la televisión de nuestro país y los datos de audiencia la acompañan cuando llega a la redacción cada mañana. Sin embargo, esta mujer de 58 años jamás imaginó que su productora, Cuarzo, iba a convertirse en una de las punteras en la televisión española, y que ella sería un ‘periodista personaje’, concepto con el que no se muestra muy de acuerdo. “Hace años, yo estaba en Antena3 Radio con Hermida, con José María García…y no considero que sean periodistas personaje. Lo que ocurre es que la gente que sale en televisión al final es conocida y tiene una relevancia, pero si no ejerces de personaje no lo eres. Yo no lo hago. Tengo una vida privada muy privada. Tengo poca vida social. Con lo cual me quedo con lo de periodista”. Además, asegura que en la calle la gente la trata “como una persona normal, como si fuese la vecina de la esquina”.

Estrella televisiva y aficionada a la agricultura ecológica

Antes de ostentar su corona matinal, Ana Rosa Quintana era la chica a la que enviaron a Nueva York de corresponsal, que estaba en Antena 3 Radio y que presentaba Veredicto, también en Telecinco, por “pura diversión”. “Yo estaba en la radio y me convenció Tony Mainat. Como era algo fácil y lo grabábamos dos días a la semana, yo podía seguir con la radio. Era un puro entretenimiento que me permitía seguir en las ondas”. Con el tiempo, aquel entretenimiento pasó a mayores. Primero, con Rosa Villacastín presentando Extra Rosa. Después pasó a encargarse de Sabor a ti, con su propia productora, y más tarde acabó haciéndose cargo de las mañanas de Telecinco. En esas lleva toda una década. Mientras otras en su posición estarían pidiendo a gritos un cambio laboral en forma de ‘prime time’, ella agradece estar donde está y, hoy por hoy, no anhela dar el salto de la mañana a la noche. “Es que a mí me gusta la actualidad y me gusta el directo. Para un periodista, no hay nada más gratificante que el otro día, por ejemplo, estés en directo y te digan que a las nueve y cuarto va a haber comparecencia de del presidente y a las diez y media, el Rey esté abdicando. Eso sólo lo tienes en un programa como este, no te lo da un 'prime time' ni un programa semanal”.

La vida, dice, la ha ido llevando por el camino recorrido. Sin embargo, ella se define como “racional y muy responsable”. Eso sí, en el futuro se ve haciendo muchas cosas. “¿En veinte años? Me veo ancianita (risas). Pues no lo sé, porque en mi vida personal y profesional nunca he hecho planes. Todas las cosas han ido viniendo. Lo que sí te digo es que soy una persona curiosa y siempre haré algo, porque siempre he hecho varias cosas a la vez: tele y radio, radio y empresa… A lo mejor dentro de veinte años soy una abuelita cachonda o me veo haciendo agricultura ecológica, que es una de mis aficiones”, asegura sin perder la sonrisa.

En una persona que se plantea retos a corto plazo, el siguiente es irse de vacaciones (finaliza el 4 de julio) y, la próxima temporada es “continuar, no bajar la guardia, tener grandes exclusivas y ser testigos de lo que ocurre en cada momento”. De nuevo, el presente y la adrenalina de la actualidad con las que la reina de las mañanas cumple su máxima de mirar siempre hacia adelante. “Yo no creo nunca en la revisitación del pasado. Lo que ha pasado es lo que ha pasado y si nos hemos equivocado, pues eso nos ha hecho avanzar y aprender. Es absurdo porque nadie cambia nada y ni siquiera nosotros cambiamos. Por ejemplo, cuando te enamoras no debes caer en la tentación de cambiar a la otra persona porque nunca lo hará”. Palabra de una reina televisiva que no para. Por ejemplo, una vez acabe esta entrevista se irá a su productora para tener una reunión. “Yo creo que cuando me muera, en mi lápida pondrá “Nunca se aburrió”. La corona no parece pesarle a esta reina de las mañanas que ha logrado empatizar con medio país a través de la pequeña pantalla. Los reinados televisivos siempre tienen fecha de caducidad y pocas veces duran tantos años. De hacerlo, parece que el secreto está en dejarlos en manos de periodistas adictos a la adrenalina de la actualidad, esa que recorría la piel de Ana Rosa Quinta Hortal, la joven del madrileño barrio de Usera que desconocía que A+R era una fórmula de éxito.