La desilusión de Jorge Javier como actor

“La escuela de canto, muy bien, estamos encantados. Hubo una cosa que no se llevó a cabo, que es lo de la compañía teatral. Íbamos a debutar en enero de 2015 en Madrid, estaba todo preparado, pero al final no salió. Fue una desilusión”, de esta manera tan clara respondía esta semana Jorge Javier Vázquez a la revista Pronto sobre sus aspiraciones profesionales.

Y esa “cosa” que le sirvió para darse cuenta de que cuando no hay tiempo es mejor no embarcarse era su debut como actor de teatro de la mano de Nacha Guevara en el Teatro La Latina. Se confiaba mucho, tanto que los productores estuvieron dispuestos a invertir un millón de euros en el montaje.  Pero este trabajo añadido ha terminado por saturar la agenda del presentador: “Me había comprometido a hacer siete funciones a la semana y a seguir con la televisión. No quiero llevar ese ritmo de vida. Cuando haga teatro, quiero hacer sólo teatro, y ahora no es el momento”, ha reseñado.

En su diario semanal en la revista Lectura también ha opinado sobre el tema: “Me sorprendió el titular de un medio: 'Jorge Javier Vázquez  se quita las penas de su fracaso como actor en una playa paradisíaca'. Hombre, tanto como “fracasar” tampoco, ¿no?  Y no porque me sobre talento sino porque no me dio tiempo ni a oler el telón de un teatro”.

No obstante, para el catalán hay luz más allá de los focos de un plató de televisión. Ya ha saboreado las mieles del éxito literario con su libro La vida iba en serio, y también ha visto cómo su faceta de productor teatral dentro de su escuela de canto bajo el nombre Laboratorio de la voz Producciones responde de forma óptima. El espectáculo Miguel de Molina al desnudo se estrenará el próximo 3 de octubre en el Teatro Echegaray.  

Tal y como confesó a este medio hace unos meses, Jorge Javier siempre ha querido ser actor y cantante y no ha querido desoír esta oportunidad: “Me gusta mucho el teatro y la forma más cercana que tengo de estar metido en esto es producir. Creo que la gente a la que nos está yendo bien tenemos que hacerlo. Es una obligación”, exponía entonces.