Todo vale en 'Adán y Eva': una mulata y una pija luchan por conseguir a su hombre ideal

La competencia, las armas de seducción ylos celos han protagonizado la última emisión de Adán y Eva, el dating de Cuatro. Más de 2,5 millones de espectadores (un 12,5% de la audiencia) no perdieron detalle de la historia del cuarteto en el Paraíso.

Raúl y Sandra fueronlos primeros en encontrarse. El nuevo Adán, amante de la música y enamorado del amor, compuso una canción a su Eva en cuanto la conoció, un detalle que a ella le encantó.La felicidad de Sandra iba en aumento hasta que llegó Rosa, que encandiló a Raúl nada más verla. Ambos tuvieronuna cita en privado a pesar de las malas caras de su otra Eva. El encuentro terminó en un tímido beso porque Rosa es una chica “muy fina” que no se lanza con facilidad.

Después de repetir una y mil veces que no estaba celosa de Rosa, a Sandra le dioun ataque de celos al enterarse de que Raúl le había dado un beso a su otra Eva. “No me ha hecho ninguna gracia”, dijo a su Adán, quien le pidió más entrega de su parte. Ella, indignada, se negó en rotundo: “Yo no voy detrás del culo de nadie”.

Luego llegó Miguel, el cuarto en discordia.A Rosa no le gustó, pues le consideraun chico “demasiado chulo”. Un hecho que no impidió que tuviera una cita con él al perder la prueba.La escena fue la más incómoda que se pueda imaginar: los dos en silencio, sin saber qué decirse y mirando al horizonte. Mientras tanto, Sandra y Raúl se reían y disfrutaban plenamente de su cita en privado.

La tensión llegó al Paraíso cuando Sandra comenzó a meterse con Rosa porque no le apetecía comer.“Eres una sosa, no sé para qué has venido a esta isla”, le dijo. La malagueña, muy educada, le contestó: “Cómo se nota que tienes 23 años, te queda mucho por aprender en la vida”. La mulata se enfadó y mandó a todos sus compañeros a tomar vientos, algo que no gustó nada a Raúl.

Sandra ganó la prueba del barro y, por ello, la isla le dio el poder de expulsar a uno de sus habitantes, y ella eligió a Rosa para poder quedarse a sus anchas con sus dos adanes.A Sandra le costó mucho tomar su decisión pero el feeling que tuvoen todo momento con Raúl fue decisivo para elegirle como futura pareja.