Las condiciones de la baronesa Thyssen

A pesar de la exclusiva compartida donde Tita aparece cual reinona en sus posesiones de Villa Favorita, rodeada de su hijo querido, de la nuera menos querida y del nieto, la realidad es que aún quedan muchas aristas que limar. De hecho, y como se vio en el reportaje, casi tenían más presencia los muertos que algunos vivos que componen la familia Cuesta.

El retrato del barón Thyssen abarcándolo todo era una imagen sobrecogedora tanto por el realismo gráfico como por la presencia a lo Nicole Kidman en Los Otros. Tanto es así que no faltaron comentarios asegurando que de haber sobrevivido el barón muchas de las situaciones surrealistas que se han dado en los últimos años no habrían tenido lugar.

Lo que sí está claro es que Carmen Cervera no quiere que las cosas continúen como hasta ahora. Es decir, con Borja como eterno adolescente sin ocuparse del negocio familiar y dedicando la mayor parte del tiempo a desarrollar esos músculos que desconciertan a su madre. Hasta que se mudaron de Ibiza a Barcelona para recibir a Sacha, la vida de la pareja era de ocio continuo. Mañanas de pesas, mediodías de playa, barco y restaurante, tardes de vídeo y palomitas y noches de amor. Esto estaba aderezado con el paseo diario a sus perros y compras a granel. Una vida que, según me confesaba en su día Tita, era poco productiva.

A ella le habría gustado que Borja se implicara con todo los temas relacionados con la fundación, las colecciones itinerantes y el arte en general que son al fin y al cabo su futuro y el de su hijo. Para Carmen, como para cualquier madre, es muy importante que Borja deje a un lado su vertiente Peter Pan y se ponga a trabajar con horario y responsabilidades.

Tampoco le gusta la estética a lo ‘Increíble Hulk con náuticos’ que gasta el hijo y mucho menos los tatuajes que luce cada vez que se coloca esas camisetas de tirantes que tampoco agradan a la madre. De ahí los pactos y las condiciones de Tita que tendrían que ver con ese cambio radical que le ha pedido. De todas formas, lo que más le preocupa a la baronesa es la vertiente empresarial. Carmen no tiene familia directa y, por lo tanto, el patrimonio es la herencia del hijo y las mellicitas.